En primer lugar porque, sobre todo el pescado azul, tiene que un alto contenido en ácidos grasos omega-3, que reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y mejora el estado de los tejidos y el sistema nervioso.
El pescado tiene muchas vitaminas liposolubles como la A (posee acción antioxidante) y la D (favorece la absorción de calcio y fosfato), así como del grupo B. De hecho gracias a la vitamina B12 comer pescado es buenísimo para el cerebro ya que frena la disminución de su volumen.
El contenido calórico es menor que el de muchos alimentos, es decir, aportan pocas calorías: los pescados blancos aportan entre 70-80 kcal por 100 gramos y los azules sobre 100-120 kcal por cada 100 gramos, aunque esto puede variar en función de como se cocine.
Los pescados que se comen con espinas como las sardinas, tienen un alto contenido en calcio.
Comer pescado ayuda a prevenir enfermedades como pérdida auditiva, reducir riesgo de ictus, cáncer de pulmón, cáncer de próstata y colón, diabetes, etc…
Y además hay que comer pescado porque está buenísimo!