¿Por qué el cambio climático NO nos asusta (todavía)?

Por Ecointeligencia @ecointeligencia

Si repasamos las aportaciones de la profesora Elke Weber, éstas se pueden resumir en 3 ideas fundamentales: que los fenómenos climáticos extremos, como los huracanes, son más proclives a motivar la acción de las personas que el cambio climático como concepto general; que el miedo o la culpa por el cambio climático son emociones que no movilizarán a la gente, ya que lo que se necesita es fomentar respuestas sostenidas y no emociones que las personas tienden a rechazar; y que tener una experiencia personal directa del impacto negativo del cambio climático tiene un efecto movilizador mucho mayor que el de las meras estadísticas sobre el fenómeno del calentamiento global.

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Humanidades y Ciencias Sociales en su XVI edición ha sido otorgado a la psicóloga Elke Weber (titular de la Cátedra Gerhard R. Andlinger de Energía y Medio Ambiente y catedrática de Psicología y Asuntos Públicos en la Universidad de Princeton) por haber estudiado la toma de decisiones medioambientales y las respuestas humanas al cambio climático desde una perspectiva interdisciplinar que se nutre de la psicología, la neurociencia, la economía del comportamiento, la sociología y la ciencia medioambiental.

La profesora Weber destaca por haber descubierto que la toma de decisiones de las personas sobre la acción medioambiental y climática depende mucho más de las normas sociales percibidas que de actitudes personales estables, una idea que está transformando rápidamente nuestra comprensión de lo que motiva la acción social positiva y cómo diseñar intervenciones conductuales y políticas para lograr ese objetivo.

A mediados de los años ochenta, la profesora Weber comenzó sus primeros trabajos en teoría de toma de decisiones e incertidumbre aplicada al mundo financiero. Posteriormente obtuvo su primera posición académica en la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, donde el decano le encargó que uniera a todos los investigadores del campus que estuvieran trabajando sobre la toma de decisiones, independientemente de su campo de especialización.

Fue entonces cuando Weber acuñó la expresión combina y vencerás, que posteriormente ha repetido en numerosas ocasiones y que refleja la importancia que para ella tiene la idea de traspasar las líneas que marcan las disciplinas científicas para poder abordar un objeto de una manera completa.

En ese contexto organizó una serie de reuniones de trabajo de las que surgió un estudio de campo sobre la percepción que los agricultores de la región tenían sobre el cambio climático, descubriendo que los agricultores que trataban de luchar contra los efectos que el cambio climático tenía sobre sus cosechas lo hacían o bien cambiando sus métodos de producción, o bien con medios financieros como seguros o pólizas de préstamo, o intentaban promover cambios en las legislaciones de sus localidades.

Resultó que la gente estaba haciendo una de esas tres cosas, pero no las 3 juntas, de lo que resultó uno de sus primeros conceptos fundamentales, el sesgo de la acción única, la idea de que la combinación de las posibles estrategias es más eficaz que cada una de ellas por separado.

En esa época también llegó a la conclusión de que, en cierto sentido, el cambio climático es una tormenta perfecta. Todas las cosas que nos dificultan el comportamiento en otras situaciones, como no comer bien o no ahorrar lo suficiente para nuestra jubilación, están ahí con el cambio climático, en el sentido de que la acción es costosa ahora mismo y los beneficios de las acciones llegarán más tarde. Pero al menos con una alimentación sana y la inversión, las consecuencias vuelven a ti, a tu yo futuro.

Pero en el caso del cambio climáticola gente percibe que afectará a las generaciones futuras en lugares lejanos. Así que también hay un componente de acción colectiva, y al mismo tiempo la atribución es mucho más difícil, siendo una cuestión compleja y difícil de abordar desde un punto de vista científico.

Ninguna disciplina tiene todas las respuestas, por lo que se necesitan respuestas desde la ingeniería, desde la economía, pero también necesitamos la acción individual y la acción colectiva.

En un artículo publicado en la revista Climatic Change en el año 2006, la profesora Weber resume en 3 ideas fundamentales, que ya hemos anticipado, su investigación sobre la percepción y la acción frente al cambio climático.

La primera de ellas es que el cambio climático no suscita tanto miedo como otros fenómenos extremos más concretos, como los huracanes o los incendios forestales, y por tanto es menos probable que motive la acción sin una mayor intervención.

El cambio climático es un fenómeno estadístico, y sabemos que a los humanos nos importan los relatos y las cosas que nos pasan personalmente.

En segundo lugar, introduce la esfera emocionalsiendo contraproducente el relato pesimista de que se ha superado el punto de no retorno en la acción climática. Por el contrario, lo que funciona para motivar a la gente a pasar a la acción son las emociones positivas. 

En lugar de sentirte culpable porque eres parte del problema, te sientes orgulloso porque eres parte de la solución, siendo el mensaje realmente importante a transmitir es que es posible actuar, aun siendo un  problema difícil y perverso. 

Sabemos lo que hay que hacer en términos de transición energética o en términos de cuidados de la biodiversidad. Y sabemos que no nos va a llevar a la quiebra, ya que el cambio puede ser muy bueno para algunos sectores de la economía, marcando diferencias en el sector privado.

Así que un mensaje muy importante que se debería trasladar a los medios de comunicación es decirle a las personas  cuáles son las acciones más eficaces que pueden tomar en sus puestos de trabajo y como ciudadanos en su país.

El tercero de los elementos que incorpora la investigación de Weber es el de la cercanía de la experiencia, identificando que la forma más eficaz de concienciar a la gente es la experiencia personal. 

Cuando ves que ocurren fenómenos climáticos que afecta a tu domicillio de manera cada vez más frecuente, esta experiencia llega a ser un maestro muy poderoso.

Hasta el año 2010, ningún experto del área de la psicología se había incorporado al IPCC, siendo Weber la primera de ellos, en un equipo de miles de científicos. A este respecto, Elke Weber se considera como una misionera de la teoría de la decisión conductual

Finalizamos recordando que la Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento reconoce con estos premios internacionales a aquellas contribuciones científicas de amplio impacto por su originalidad y significado teórico, así como por su capacidad para avanzar en la frontera de lo conocido.

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