¿por Qué El Odio Al K-Pop?

Publicado el 05 noviembre 2018 por Carlosgu82

Como melómano que soy, me gusta indagar en todo tipo de géneros que me parecen interesantes.  Aunque no me gusta el pop en demasía, sé distinguir entre el que tiene calidad y el que es simplemente plástico y desechable. El k-pop navega entre las dos aguas. He oído varios discos de grupos femeninos de este género y son algo ambiguos, por decirlo así, pues mientras tiene temas rítmicos y simples, hechos para una pista de baile y coreografías, con hermosas baladas de gran manufactura o canciones pop-rock de buena instrumentación. Es decir, que los álbumes de k-pop tienen buena calidad, mayor que las que se usa en occidente y Latinoamérica, donde sufrimos aberraciones auditivas como el nefasto reggaeton o en México la música de banda y los narcocorridos

Entonces… ¿Por qué el desprecio, al parecer desmedido, por la música coreana, que hace eco en las redes?

Después de meditar un poco sobre el asunto y navegar un buen rato por la red, me di cuenta de que realmente en Latinoamérica hay una enorme y creciente aceptación tanto por la música como por los llamados doramas –estos entre la población femenil- y que los videos de las agrupaciones son muy vistos en canales como YouTube.

¿Entonces, de donde viene el odio?

Como siempre, de USA.

En Estados Unidos de América a hay una enorme xenofobia, un rechazo automático y ancestral hacia todo lo foráneo, sin importar su tipo. Los ejemplos en la historia son muchos para enumerarlos en este breve artículo, pero como ejemplo les mencionaré la férrea negativa a transmitir anime en este país. ¿La razón? Él anime es japonés y muy diferente y en la mayoría de los casos superior a las insulsas y estúpidas caricaturas sin sentido que realizan los gringos, así que temen que si llega este tipo de productos a sus tierras, las cadenas locales perderán terreno ante productos extranjeros.

Con la música pasa lo mismo. Solo hay que recordar como Elvis Presley movió todos sus hilos políticos para impedir que The Beatles no entraran a USA y cuando lo hicieron, pretendía que el presidente Richard Nixon los expulsara del país acusándolos de terroristas, comunistas y “mal ejemplo para la juventud”. Esto siendo el propio Elvis un notorio ebrio y consumidor de drogas, como el propio presidente, el cual tuvo el descaro de nombrar a este vicioso como agente de la DEA. Cabe decir que su plan fallo y la “beatlemania” cayó como una bomba nuclear en territorio yanqui.

Durante los noventa y ante el auge del britpop, se dio algo parecido aunque más encubierto. Las disqueras gringas se negaban a editar los discos de las bandas británicas, haciendo que sus fanáticos los tuvieran que conseguir como pudieran en ediciones extranjeras. Todo esto con el fin de mermar su popularidad en favor de los artistas nacionales. Obviamente, tampoco funciono y era paradójico que bandas como Oasis casi no vendieran en USA pero llenaran cualquier foro donde daban un concierto.

Actualmente, noto la misma estrategia despreciativa hacia el k-pop. Es acusado de plástico, de sexualizar a sus cantantes, de apoyarse demasiado en videoclips, etc. En fin…. ¡Acusan a los artistas coreanos de lo mismo que hace cualquier estrellita pop yanqui! ¿Hipocresía, dónde?

Las cantantes gringas tiemblan al ver como las bellísimas coreanas las dejan atrás con sus espectaculares coreografías, sus canciones potentes y pegadizas y esa forma de ser sensual sin caer en lo vulgar, como siempre lo hacen las americanas. Una coreana puede mostrar mucha piel pero verte elegante y sofisticada, mientras una gringa simplemente luce como una meretriz barata.

Igualmente, los grupos masculinos no pueden hacer frente a la sofisticación estilística, el profesionalismo y dinamismo de los cantantes orientales, así que mejor hay que burlarnos de ellos, para que el populo crea que no son tan buenos como nosotros y terminen odiándolos.

Esto hace eco, por efecto de repetición, en las redes en español. Son muchos los sujetos que se burlan del k-pop sin haberlo oido. Ya sabe, cuando un perro empieza a ladrar, los demas lo siguen, aunque solo el primer perro sabe la verdadera razón por la que empezó.

Les recomiendo que dejen a un lado los prejuicios y le den una oportunidad a música del otro lado del gran charco. Puedes llevarse grandes sorpresas y hasta volverse seguidor de uno que otro proyecto.