Rascarse alivia creando un pequeño dolor, pero el cuerpo libera serotonina y crece el picor. En el estudio –publicado en Neuron– se bloqueó la producción de serotonina en un grupo de ratones a los que se les inyectó una sustancia que provoca picor en la piel. Comparando sus reacciones con las de otros ratones no modificados, comprobaron que los roedores que no producían serotonina se rascaban menos. "Rascarse puede aliviar el picor creando un pequeño dolor en la piel. El cuerpo responde al dolor liberando serotonina, que aumenta la sensación de picor", ha comentado el director del Centro Universitario para el Estudio del Picor de Washington y autor del estudio. Este trabajo, por lo tanto, confirma que picor y dolor son sensaciones distintas, como ya se sabía desde los años 80, pero que están íntimamente ligadas. Y no es fácil romper esa relación de círculo vicioso. De hecho, el director de este estudio admite que alterar los niveles de serotonina para evitar los picores no es una solución factible, pues este neurotransmisor interviene en numerosas funciones del organismo como el crecimiento, el metabolismo óseo y la regulación del humor, que podrían verse afectadas.
Por lo tanto, de momento, se conoce un poco más de esta molesta sensación pero por desgracia, los remedios ante el picor siguen siendo los de toda la vida ( la famosa “talquistina” hidratación y paciencia). Las demás opciones aún están desarrollándose en el laboratorio. Fuentes: NeuronEl blog de la piel sana