Esta es una pregunta que me he hecho cientos de veces a lo largo de mi vida. Los españoles solemos leer muy poco o dedicamos muy pocas horas a la lectura. Una encuesta del CIS (2015) revela que el 35% de los españoles no leen nunca o casi nunca y de ese porcentaje el 42% confiesa que no lo hace porque no les interesa o no les gusta. Estamos hablando que una de cada tres personas no lee nunca y casi la mitad de esa gente afirma que no les gusta leer. ¿Por qué? ¿Acaso hemos llegado a un punto en el que la cultura es algo secundario?
Esta es una reflexión que tienen que hacer nuestros políticos y las familias porque de los primeros dependen una base educativa que incentive la lectura en todos los niveles y la segunda porque en la familia es donde se puede coger el hábito de la lectura. En mi caso, mis abuelos maternos se pasaban casi todo el día leyendo ya sea el periódico o una novela y de ahí me vino el gusto por la lectura y a día de hoy puedo hablar perfectamente con mi abuela sobre libros que nos gustan o recomendaciones que nos damos entre nosotros.
El sistema educativo español es bastante arcaico y no lo digo yo, lo dicen los educadores y parece que no se premia la lectura o el saber sino la memoria. Es cierto que debemos leer nuestros clásicos para conocer la cultura pero creo que la mayoría de las lecturas obligatorias en el colegio deberían ir acorde a sus edades, es decir, no pongas a un niño de 10 años a leer el Quijote porque le cogerá tirria a la lectura pero ponle Harry Potter o podemos tirar de autores propiamente españoles como Laura Gallego y sus Memorias de Idhún. Creando una base lectora fuerte podemos crear unos lectores futuros buenos que leerán clásicos, novedades o ensayos; lo que sea.
Pero por si esto fuera poco, pese a que leemos muy poco se ha creado una paradoja bastante interesante en el mercado editorial español. Publicamos una media de 91.000 libros anuales y estamos en la cuarta posición tras Reino Unido, Alemania y Francia de los mejores mercados editoriales a nivel europeo. Somos una potencia editorial muy potente pero no se reflejan en las estadísticas de lectura.
Es una reflexión bastante interesante que es lo que falla en la ecuación. ¿Editoriales o lectores? ¿Políticos o sistema educativo? ¿Lecturas obligatorias no adecuadas a la edad o falta de base lectora? Espero tu opinión al respecto y dudo que encontremos solución al problema pero al menos me encantaría leerte y saber que opinas al respecto porque seguro que saldrán proposiciones muy interesantes.