(Artículo escrito por invitación tácita de jesusguerrero).
La Naturaleza nos ha dotado con dos ojos y dos orejas, pero, sin embargo, solamente tenemos una boca y somos diestros solamente con una de las dos manos. Lo de los dos pies es pura estática salvo, quizá, para los futbolistas.
(Autor: Juan García-Gálvez; Fuente: jggweb)
La Naturaleza, que es sabia, nos ha preparado para que sea superior (¿el doble?) el flujo de información que debemos absorber respecto a la que podemos emitir. En otras palabras, conviene escuchar el doble de lo que hablamos; porque de lo que se escucha se aprende, mientras que de lo que se habla, como mucho, quizá aprenda algo algún otro.
Escuchar, viajar o leer nos da la oportunidad de compartir lo que otros han aprendido ya, o lo que han visto, o lo que han vivido o viven, o lo que alguna vez han imaginado. Viajando relativizamos nuestro concepto sobre las cosas, al ver cómo gentes diferentes se enfrentan de formas diferentes a parecidos problemas. Si sabemos escuchar, leer, viajar y lo hacemos con frecuencia, estaremos más abiertos para entender a los demás.
Leer es como escuchar a alguien que no está junto a nosotros. Es por ello que necesitamos imaginar lo que nos describe y lo que nos quiere decir, porque no podemos interrumpirlo. Por eso leer es, y debe ser, un ejercicio activo, en que debemos poner mucho de nuestra parte para reconstruir un mundo y unos sentimientos que en el libro son solamente palabras.
Se dice que todo está en los libros, y es cierto. Lo que alguien aprendió (con placer, dolor, sentimiento o sufrimiento), lo escribió para que otros lo puedan aprender con más facilidad. Todo lo que alguien vió, vivió, disfrutó, sufrió o imaginó, está en los libros.
Leer es una actividad placentera, porque nos da la ocasión de recomponer un mundo que solamente está descrito con palabras. Y tenemos que hacerlo sólo con las palabras que están escritas. Bueno, y con las que imaginamos cuando nos hace falta, porque al protagonista lo vemos rubio (o moreno), aunque el autor no lo especifique. Cualquier libro le pertenece tanto a su autor como a cada uno de sus lectores.
El propio hecho de estar leyendo ya nos produce un placer (especialmente si el autor demuestra un buen dominio del lenguaje). Tener el hábito de leer todos los días nos hace siempre más sabios, más tolerantes, más flexibles y más generosos.
(Fuente: oposiciones20)
De joven conviene leer todo lo que se pueda, porque hay tanto por aprender... Con los años, se aprende también a discernir entre los libros que nos aportan algo importante y los que no nos compensan adecuadamente por el tiempo que les dedicamos. Es normal que tengamos algunos libros olvidados, con su punto en la página 10, o por la mitad, o 10 páginas antes del final. Abandonar algún libro, después de abrazarlo, es inevitable algunas veces.
Dice la creencia popular que solamente hay algo peor que una persona que nunca leyó un libro; y es aquella persona que solamente leyó uno (pero está convencid@ de que contiene toda la verdad que necesita conocer).
Leed novelas, porque contienen lo que sus autores imaginaron o deliraron; leed ensayos, porque sus autores os transmitirán la sabiduría que atesoraron en su campo de actuación, o bien os aportarán puntos de vista nuevos y diferentes a problemas conocidos; leed libros de viajes, porque os ayudarán a escoger a dónde os apetecería ir en la próxima escapada. Nunca dejéis de leer lo que otros han escrito pensando en vosotros, en que lo que ellos han aprendido, imaginado, vivido, reflexionado, sentido o sabido os puede resultar útil o placentero.
Hay-on-Wye, el pueblecito de Gales con más librerías
por habitante de todo el mundo
(JMBigas, Julio 2008)
Si conocéis varios idiomas, intentad tener siempre cerca algún libro escrito en ellos. Si sabéis catalán, valenciano, mallorquín, gallego o euskera, algún libro escrito en ese idioma debería estar siempre en vuestro escritorio, o en la mesilla de noche. Si os defendéis bien en inglés, francés, alemán... esforzaos en leer algún libro en su versión original. Cuando viajéis, poned las librerías en vuestra lista de lugares a visitar.
Al hacer el equipaje, nunca os olvidéis de poner algún libro, o un LELE bien cargadito, en su caso. Si vais al Reino Unido, no dejéis de visitar el pueblecito de Gales que tiene más librerías por habitante de todo el mundo (Hay-on-Wye). Que no os produzca ningún pudor el mantener una relación sensual con los libros de papel. Pero no os avergoncéis tampoco de preferir las últimas tecnologías de los ebooks (los libros que ni pesan ni acaban en el trastero).
Cuando viajéis, hacedlo con ojos nuevos, sin el ánimo de compararlo todo con los paisajes o las comidas que os resultan más habituales. Disfrutad de lo que cada persona, cada sociedad, cada lugar tiene para ofreceros. Disfrutad de cada paisaje como si fuera siempre la primera vez que veis uno, pero nunca penséis este es el paisaje más maravilloso del mundo, porque con eso cerraréis la puerta a muchas otras espléndidas oportunidades.
Lo mismo debéis hacer cuando os enfrentéis a la lectura de un nuevo libro. Encaradlo como si nunca hubiérais leído uno, como si fuera el primero. Pero pensad también, y si este fuera el último, ¿habría valido la pena?.
(Fuente: hipertexto)
Leed, escuchad y viajad. Y escribid siempre que os parezca que tenéis algo importante que contar, porque en alguna parte siempre hay alguien a quien le resultará útil, aunque sólo seas tú mismo un tiempo después.
Leyendo compartiréis las experiencias, conocimientos y vivencias de otros. Además, enriqueceréis vuestro lenguaje, aprenderéis palabras nuevas y matizaréis mucho mejor los colores, entre el blanco y el negro. En los idiomas no existen sinónimos absolutos, siempre hay algún matiz para que sigan existiendo varias palabras que se refieren a la misma cosa, o al mismo sentimiento. En un mundo donde predominan los sentimientos tribales (o conmigo o contra mí), la lectura contribuye a que no se erosionen los matices y a que los colores sigan siendo miles.
Y nunca olvidéis que tenemos dos orejas y una boca para escuchar (al menos) el doble de lo que hablemos.JMBA