¿Por qué es malo ser diferente?: FEC, Capitulo 1

Publicado el 04 noviembre 2013 por Shannon P.j.

Viernes 9 de Septiembre7:15 a.m.Ser diferente les resulto ofensivo a muchos, principalmente durante mi infancia. Mis padres decían que si no cambiaba mi manera de ser jamás tendría amigos al crecer.El tiempo pasó y finalmente llegue a la edad de los “dulces dieciséis”, y tal y como ellos dijeron, me encuentro sola en un mundo donde nadie me comprende. Pero quiero aclarar algo. Para mi ser diferente no es malo, sino mejor, y les digo esto a todos ustedes, que seguramente ya están hartos de lo común.
Hoy es el primer día de escuela, por lo tanto significa nada más y nada menos que estaré destinada a un año completamente igual al anterior. Tranquilo, odio por parte de los demás, y sobre todo lo único que ansió es que el verano regrese.Fui por mis cosas al casillero y me dirigí, ya un poco tarde al salón de artes. Cuando de la nada alguien me tiro al suelo.Preparada para insultar al tonto o tonta que la había arrojado, Lara se levanta y se voltea. No obstante nada la pudo preparar para lo que vería. Pues a su lado un joven apuesto de cabello negro, ojos azul obscuro y una espléndida sonrisa se le aparecieron. Alterada y un poco agitada se retractó, mas solo dijo:Ten cuidado por donde caminas.  Le advierte con un falso desprecio hacia él.Lo lamento, tengo prisa ¿sabes dónde queda la clase de artes?Voy para allá, si quieres te guio, a no ser que me temas inquirió la morena. ¿Miedo?pregunto confundido no, yo diría más bien… una buena impresión.Seguro contesto con incredulidad—, ven.Desde luego mi intención no era ser cruel o maleducada, sin embargo nadie me dirigía la palabra y mucho menos era amable o gentil conmigo. El pobre debía ser nuevo así que decidí darle el beneficio de la duda y no atacarlo. Aunque no es que me fijase tanto en los nuevos, pues todos me daban igual. Es aquí, toma asiento donde quieras —. Lara se sentó en su habitual mesa, donde sabía que nadie la molestaría. En pocos minutos el Sr. Gold se apareció sin aire con el cual respirar, pero de alguna manera consiguió saludar y ordenarles a todos los que hacían alboroto que se callaran sin ser grosero.Agradezco su silencio dijo con una sonrisa casi superficial y tomo la lista del escritorio bien, para los que me conocen ya saben las reglas, y para aquellos que no. Permítanme presentarme. Mi nombre Russell Gold, pero para ustedes soy solo el Sr. Gold. En esta clase no se permiten los insultos, bromas ofensivas, apodos y mucho menos retirarse sin permiso como suelen hacer lanzo una mirada fugaz a la esquina del fondo, aunque no pude ver de quien se trataba—, si entregan las tareas a tiempo tengan por seguro que tienen la mitad de la clase ganada, si sus trabajos se acomodó sobre la esquina de su escritorio son excelentes o al menos realizados con determinación, tendrán asegurado el setenta y cinco por ciento de mi clase. Y si pasan los exámenes, damas y caballeros, ustedes, aprobaran esta clase.Muy bien, ahora los llamare para tomar asistencia saco un bolígrafo azul levanten la mano o digan presente. Nada de bromas advirtió mirando la hoja frente suya.El sr. Gold comenzó a enlistar a varios estudiantes. De los 23 solo cinco nombres no fui capaz de reconocer.De acuerdo, los que son nuevos. Sé que esto no les gusta, pero por obligación deberán pasar al frente y presentarse, nombre, edad y porque están aquí ordeno, éste y se fue al fondo de la clase y para que sepan, tengo en la mira quienes son.Una chica de cabello largo castaño se puso de pie y paso al frente.Mi nombre es, Caterina Vásquez, tengo 17 y vine aquí porque a mi padre lo trasladaron “La típica historia” pensó Lara.Bienvenida, soltó el Sr. Gold—, siguiente —pide de forma un tanto cortante.Mi nombre es Ian Dallas, tengo 16 y vine aquí como parte del programa de intercambio extranjero dijo el pelirrojo con su acento británico. El cual llamaba bastante la atención. Su rostro estaba cubierto de pecas.Espero que nuestra escuela complazca sus necesidades. Gracias señor Dallas, siguiente.El chico con el cual Lara había chocado esta mañana se puso de pie y avanzo.Mi nombre es Edder Filtch, pero prefiero que me llamen Edd, tengo 16 y la razón por la cual vine fue porque mis padres recién se divorciaron. Bien fue todo lo que el señor Gold dijo, el resto de la clase guardo silencio. No por el hecho de las palabras pronunciadas por Edd, sino por la manera en que lo hizo. Pocos tienen el valor y la completa seguridad para abrir esa clase de información, especialmente a completos extraños. El parecía tomárselo bien.No fue hasta que la chica de cabello corto por encima de los hombros rompió el silencio al tomar su turno para presentarse.Mi nombre es Holy Morris, tengo 15 años y recién me mude con mi hermana mayor y su novio .Al igual que Ian tenía acento al hablar, aunque nunca menciono nada sobre ser británica, era más que claro. Para terminar paso Chantal Boers, quien decía tener 16 años y la única razón por la que vino es porque la expulsaron de su escuela anterior.Les agradezco a todos ustedes, Chantal, Ian, Edd, Caterina y Holy, bienvenidos nuevamente. Espero que su pasado no afecte el buen futuro que pueden tener en este lugar en ese instante la campana sonó—, bien los veré hasta la próxima clase. Que tengan buen día.El señor Gold acomodo su chaqueta sobre el respaldo de la silla.Lara, es bueno ver a una de mis mejores estudiantes este año.No estaba segura pero decidí terminar la escuela aquí dijo ella sonriéndole, puesto que él conocía muy bien la situación de Lara.Me alegro por ti.Para las próximas tres clases me di cuenta que Edd coincidía conmigo, al igual que Holy Morris. Cada clase consiste de 40 minutos aproximadamente.  Sin embargo, gracias a los dos recesos incluidos la mayoría se siente libre completamente. Finalmente llegó la hora del almuerzo, un tiempo en el que si deseabas podías fugarte de la escuela. Al final de cuentas solo restaban dos periodos más o en otras palabras una hora con veinte minutos para poder salir. Gracias a Dios era viernes.Me asome a la cafetería pos una milésima de segundos, al ver lo llena que estaba decidí ir a comer al jardín. O como muchos lo conocían, el bosque por detrás de la escuela. Éste lugar se encontraba justo detrás de los vestidores. Por lo general nadie se aparecía, pues no resultaba ser algo  muy interesante a menos que quisieras privacidad total o estuvieras a punto de cometer alguna estupidez. Ya saben, como esas tonterías de las iniciaciones cuando algún nuevo quiere pertenecer a un grupo exclusivo, o también esas peleas por querer demostrar quién es más hombre que quien. Otra cosa es cuando se trata de querer estar a solas con tu pareja, lo cual encuentro muy desagradable.
Acostumbro a traer mi propio almuerzo, puesto que la comida de la cafetería no es del todo un antojo. Continuara