Luego de eso ambos siguieron con su trabajo. Lara no podía creer nada de eso, ¿su madre le había mentido también? Parece que sí. Aunque no se explicaba porque. De su padre podía esperarlo pero nunca de su madre. Ahora más que usada se sentía desconfiada, esa simple historia basto para dejar de confiar en su madre por completo. ¿Que se traería entre manos?***Viernes 16 de septiembre2:23 p.m.No escuchaba apropósito, ellos hablaban como si estuviesen solos, cosa que no es verdad. Yo estoy aquí, sin embargo ellos no se han dado cuenta. Busco inspiración para el concurso, el próximo sábado es el último día para enviarlo y no tengo absolutamente nada.Quiero irme pero ellos se darán cuenta de mi presencia.— ¿Qué hiciste esta vez para que se enojara? —puedo distinguir la voz de Derek. El Mike y Dean están reunidos del otro lado.—Desearía que uno de nosotros tuviese la mayoría de edad para denunciar a esa mujer —Mike parece muy dispuesto a hacer lo dicho.—Es increíble lo cruel que es —Derek se escucha tan enojado como Mike, pero yo aun no comprendo.— ¿Cruel? ¡Dices cruel Derek, pero eso no es cruel es la maldad pura!, ¡es el diablo en persona! —Ahora Dean era quien daba su humilde opinión al respecto—. Aunque de igual manera nada de eso importa ¿o sí? No hay nada que pueda hacer.Jamás habría imaginado que esos tres odiaran tanto a una persona, ella, quien sea que fuese, era su punto clave en esta conversación. Incluso me sobresalte cuando Dean comenzó a gritar a todo pulmón sobre lo horrible que ella era. —Crean lo que quieran— dice Derek—, pero yo pienso que ella planea bien lo que hace porque entonces dejaría rastros mucho más evidentes. No solo es perversa sino astuta.Poco después las voces se detienen y una puerta se abre y cierra. Ya se han ido.Reconocí entonces que sus conversaciones mantienen cierto nivel de discreción pues saben esconder muy bien el sentido verdadero de la misma. Y por eso mismo no comprendí lo que hablaban, lo único claro fue el hecho de Dean era la víctima de una ella y que de alguna forma se ganó las colaboraciones de Mike y Derek en su contra.Ya casi seria hora de salir, lo cual esperaba con ansias puesto que necesitaba hablar con el Sr. Gold, el único profesor que realmente me importa porque mantiene sus expectativas sobre mi aún más que mis padres. Tengo mucho que agradecerle.—Sr. Gold ¿tiene un minuto? — Lara se asoma a la clase del profesor cada vez que le surgen dudas o necesita comentar algo respecto al arte. En muchas ocasiones Lara fue encontrada por Russell llorando a causa de las burlas y comentarios ofensivos de la popular y maliciosa Susan Evans. Esta conexión comenzó el primer día del séptimo grado, Lara recién regresaba de Florida y tras un año viviendo allá se sentía extraña y deprimida de nuevo. Entonces se topó con Susan en la clase de gramática y ésta la comenzó a llamar “Lara la rara” poco después de escuchar su nombre cuando Lara se presentó ante todos por ser una chica supuestamente nueva. Cuando ella básicamente ya conocía a la mitad de la clase.Por aquella época Lara tenía 12 y no cumpliría hasta el día siguiente. Las burlas de sus compañeros la enfadaron tanto que no se resistió a salir corriendo mientras comenzaba a llorar. El Sr. Gold era un maestro suplente recién graduado de la Real Academia de las Artes que caminaba en dirección a su siguiente clase cuando escucho a una de las estudiantes llorar en uno de los armarios del conserje. Ese mismo día Lara no solo encontró un apoyo sino que tomo una de las decisiones más importantes en su vida: ignorar a las personas.—Claro Lara, pasa— el Sr. Gold acomodo e hizo un espacio para ella al frente de su escritorio con una de las sillas de los alumnos que por algún motivo termino amontada entre las tareas que el calificaba.Lara recordó que hizo eso mismo en el armario. El sr. Gold usaba un pantalón gris de vestir, zapatos bien lustrados y una camisa blanca por debajo de un chaleco corinto y corbata negra. Ella imaginaba que no quería arruinar su traje y por eso mismo se abrió espacio de entre los utensilios obviamente capaces de ensuciarlo.
—Creo que tengo un bloqueo —comenta Lara muy frustrada, de verdad muy frustrada. Ella en verdad desea poder realizar ese fantástico viaje a Nueva York y de ser posible ir acompañada por el Sr. Gold.Russell hizo una mueca de desaprobación, seguro que el ya habría pasado por eso mismo, sino ¿Por qué Lara pediría su ayuda? En su rostro solo resalta una cosa y es, según las observaciones de Lara, la interesante combinación entre su estructura ósea y sus ojos verde azulados. El resto está implícito. Desde esa vez Lara recurre a él, no precisamente porque ella lo quisiera, en un principio era Russell quien preguntaba cómo estaba y la frecuentaba con mucho interés y sobretodo preocupación. Lara aún no está segura de sí el llego a charlar con sus padres al respeto ya que en más de alguna ocasión cuando el Sr. Gold y su madre se encuentran se abstienen de dirigirse la palabra. Es una situación extraña que Lara, pese a tener 16 y un enorme razonamiento lógico, aun no comprende. Y es que ha querido preguntarle tantas veces sobre eso al Sr. Gold.Cierto día por la hora del almuerzo ella se detuvo frente a la clase pero no entro, el Sr. Gold nunca se dio cuenta pero Lara lo observo todo el descanso intentando descifrar lo suyo con su madre. Al final se rindió.— ¿Sabes?, yo te comprendo perfectamente, desafortunadamente no es tan sencillo salir de un bloqueo pues como artista necesitas encontrar algo que realmente prenda esa chispa de nuevo.— ¿Qué hace usted cuando se bloquea?—Voy a mi lugar preferido o sencillamente ojeo mis primeros intentos de obras artísticas, me dan una razón para creer que puedo superarlas y es en ese instante donde la chispa se prende de nuevo. Sin embargo no significa que para todos funcione igual, cada quien tiene su medio. Tú debes encontrar el tuyo.Después de la conversación con el Sr. Gold me puse a pensar en los lugares que me brindaban cierta paz y tranquilidad. El parque Harmor sería uno de ellos, aunque honestamente hacia demasiado calor para ir ahora, de igual manera algo en mi cabeza me animo hasta el punto de ir caminando de la escuela para el parque. Mamá ahora utilizaba más el carro y mi padre, que aún seguía en casa, el suyo. Dejándome a mi dinero para el autobús.Desdichadamente el autobús no siempre se aparecía, así que se imaginaran que cuando llegue al parque estaba más que exhausta. Me faltaba el aire y el calor me hacía creer que moriría por su culpa. Busque sombra como la última vez que estuve aquí asegurándome de que no hubiese ningún partido de beisbol cerca. Saque mi cuaderno de dibujos empastado, que tanto me gustaba, y comencé a mirar por los alrededores mientras ojeaba mis dibujos anteriores. Tenía en mente que lo que dibujaría debía ser algo poco convencional y extraordinario. ¿Pero qué?