Richard Young, fue uno de los orientadores de aquel encuentro dedicado a la transición política en Cuba. Young es un analista o "tanque pensante", miembro de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, con sede en Washington. Es en la actualidad uno de los principales teóricos del empleo de las revueltas populares como ruta principal de lograr cambios políticos o de regímenes.
Young define y proyecta, incluso así lo publicó un mes después de aquel evento, que como las protestas tienden a "apagarse" en algún momento, sus principales operadores deben procurar reavivarlas mediante: 1) Nuevos tipos de campañas cívicas; 2) Conformación de organizaciones o proyectos políticos; 3) Creación de condiciones para generar nuevas movilizaciones en el momento que resulte oportuno.
Además, añade toda una serie de consideraciones sobre formas de financiación "fantasmas" y de cómo poner el foco de la atención internacional (medios, organismos y ONG's) en el momento más oportuno y de la manera más manipuladora posible.
Cualquier semejanza con Cuba no es en absoluto pura coincidencia.
Tras aquel evento del 2019, el primer balón de ensayo fue el del 27 de noviembre del 2020, frente al Ministerio de Cultura. Luego intentarían repetirlo una vez más en enero del 2021, y para el 11 de julio de este año hasta aplicaron métodos de manuales de guerra no convencional estadounidense, como pretender tomar el edificio de la radio y la televisión en Cuba.
Además, como estaba orientado, crearon organizaciones/proyectos políticos (27N o Archipielago), se buscaron causas civiles sobre las que sostener reclamos, y ya buscan convocar una nueva manifestación para el próximo mes. Pupilos afanosos, sin dudas.
Pero la guinda del pastel está en que la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, con sede en Washington, a la que pertenece Richard Young, era dirigida en ese justo momento por William Burns, hoy director de la CIA, hombre de larga data -disque diplomática- en proyectos de desestabilización externa, dentro de la política estadounidense.
Por todo esto es que el gobierno de EEUU -William Burns mediante- se rasga "en forma enérgica" las vestiduras durante su "condena". Ellos también son continuidad en sus planes de desestabilización interna.
Tomado de Facebook del autor