Supongamos que tenemos una o más almas gemelas en el universo. No sería pequeña casualidad: su planeta tiene que encontrarse lo suficientemente lejos del núcleo de la galaxia para que no le afecten unas radiaciones que harían imposible la vida. También tiene que estar ni muy cerca ni muy lejos de su estrella para que su planeta tenga una temperatura que permita la vida. También tiene que haber gozado de un largo periodo de estabilidad, cuanto menos para permitir el desarrollo de una vida más compleja y eventualmente de una civilización. Debería tener un planeta gigante cerca que atraiga hacia él cometas o meteoritos que, en caso contrario, colisionarían con más frecuencia en él.
Supongamos, insisto, que se dan estas no pocas casualidades y en otro planeta ha surgido una Humanidad. ¿Por qué no ha contestado todavía a nuestras potentísimas señales de radio, evidencias de una civilización inteligente, que ya están a más de 200 años luz de la Tierra? ¿Y por qué los telescopios del proyecto SETI no han encontrado nada todavía? Tenemos muchas hipótesis de trabajo:
- No las interpretan como señales inteligentes. No les dicen nada.
- Existe una especie de lex galactica de no-interferencia con civilizaciones emergentes.
- Han contestado. Pero en su planeta las cosas van muuuuuuuuyyyyy leeeeeentaaaaaaas y nos hemos cansado de esperar.
- Han contestado a un ritmo comprensible para nosotros pero no los hemos captado. La ciencia y el lenguaje que tienen para expresarse es el suyo, no el nuestro. Pueden percibir la realidad de un modo muy distinto. Incluso decir que están más o menos avanzados que nosotros sólo es válido si su ciencia es parecida a la nuestra.
- Están entre nosotros pero somos incapaces de percibirlos. Pensad en las hormigas, sin salir de la Tierra. Una hormiga sólo ve a otra si la tiene cerca, no saben que existimos ya que estamos fuera de su campo de visión.
- No les interesamos. Saber si hay otra civilización en la galaxia no es su principal inquietud, al igual que a nosotros no nos interesa saber a qué huelen las nubes, cuántas olas hay en el mar o cuando se va la luz a dónde se va.
- Y… ¿Por qué no? Estamos solos. Alguna civilización tiene que ser la primera en surgir, pura matemática. Y quizás esta sea la posibilidad más esperanzadora, ya que en caso contrario, podríamos encontrarnos, más tarde o más temprano, frente a una civilización con un avance no de unos pocos siglos como el de los colonizadores del Nuevo Mundo que acabaron con imperios milenarios, sino de unos cuantos milenios. Me da escalofríos la facilidad con la que nos exterminarían, y os aconsejo al respecto la película “Independence Day”.