Nací en un país donde la piratería es la única opción disponible para escuchar una buena selección de música, o disfrutar del filme de estreno de la semana.
Al llegar a los Estados Unidos, me di cuenta de que la piratería es algo común, algo con lo que convivimos día a día. Millones de personas en el mundo entero descargan Gigas de videos, discografías completas de música, incluso series de televisión que son transmitidas gratuitamente por las cadenas televisivas.
Los gobiernos han intentado detener esta locura, tratando de imponer leyes como la famosa SOPA, apagando sitios como Megaupload, o incluso encarcelando al Co-Fundador de “The Pirate Bay”, Gottfrid Svartholm. Sin embargo, nada de esto logra detener este “movimiento”.
Pero, ¿Por que existe la piratería? ¿Por qué es casi imposible detenerla? La respuesta es simple, todo es culpa del sistema, la forma en que funciona hoy en día el sistema de entretenimiento audiovisual es totalmente errónea.
Una persona promedio compra un determinado CD de música de su grupo favorito, o usa servicios como iTunes y descarga entre 10 y 15 canciones a $0.99 cada una, pero ya no pagara por más. Usemos la Matemática, yo poseo una librería de música de 8560 canciones, si multiplicamos 8560 por $0.99 nos daría como resultado $8474 aproximadamente, todo ese dinero solo en canciones.
En el caso de los Filmes es aún más grave la situación, pues estas te conducen por un proceso sumamente costoso. El primer paso es el cine, vamos al cine y pagamos “x” cantidad de dinero por disfrutar del gran estreno, esto sin sumarle la tentación de las palomitas y la soda. Luego de unos meses comienzan una serie de servicios, aparecen las descargas digitales, las ventas de DVD y Blue Ray. Después continuamos a la tercera parte, el mercado pone en venta las ediciones de colección, versiones extendidas y ediciones aniversario. Por ultimo llegamos a la peor de todas las etapas, crean un remake de la película o pasa a estar de moda un nuevo formato de soporte, por ejemplo, el no lejano 4K, como resultado de esto, tenemos que iniciar desde cero nuevamente.
Por suerte, este sistema está cambiando, no para algo mejor, sino para algo más factible e inteligente. Servicios como Spotify, Rdio o Mog nos permiten escuchar música totalmente ilimitada en cualquiera de nuestros dispositivos electrónicos por solo una cuota mensual, o sea, ya no tiene que pagar por ejemplo 15.00 por un nuevo CD, pues por $9.99 al mes puede escuchar todos los CD de música que quiera.
Con el tema de las películas han aparecido servicios similares, como es el caso de Netflix, pero aun están muy lejos de lo deseado. La principal diferencia está en la disponibilidad, en el caso de los servicios de música, las nuevas producciones están disponible o al instante de su estreno, pero con Netflix no sucede lo mismo, pues los estrenos tienen que recorrer el largo proceso que expliqué con anterioridad, antes de llegar a este servicio de “streaming“.