¿Por qué fallan los planes?

Por Óscar Gracia Oliván

Mañana terminan las vacaciones para un gran número de los mortales (quizás hoy lees este chispazo entre múltiples correos en tu primer día…!ánimo!). Apuesto que muchos habremos aprovechado este período para, entre paseo y paseo por la playa o montaña, idear nuevos proyectos. Unos habrán apostado por las promesas estándar de cada año en el plano personal (gimnasio, dejar de fumar, inglés…), otros, quizás por haber desconectado del todo o por no haberlo hecho, habrán visto nuevas oportunidades para sus organizaciones o las áreas que gestionan.

Es curioso que muchos de estos proyectos, que con tanta ilusión ideamos, finamente no alcanzan el éxito. ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones por las que en muchas ocasiones ni siquiera comienzan? Sin duda es clave saber pasar del estado de ideación de “Impossible is Nothing” al de realización de “Just Do It” y, para contar con una mayor probabilidad de éxito (o al menos, para reducir la del fracaso) es imprescindible la planificación y programación en un plan coherente.

Entonces, si una clave importante es tener un plan….¿Cuáles son las razones del fracaso de un plan?…Quizás los 5+1 ingredientes para el fracaso de un plan podrían ser alguno de los siguientes:

  1. Aunque parezca obvio, los planes fracasan porque simplemente no existen. Sí, parece que en determinadas culturas tenemos alergia a planificar los retos que queremos llevar a cabo. ¿es necesario hacer una hiperplanificacion controlando todos los detalles?…pues depende de la criticidad y envergadura del proyecto. En cualquier caso, en una etapa embrionaria, seguramente una planificación básica de grandes fases, hitos y resultados podría apalancar pasar a una segunda etapa de mayor detalle en la programación. Mejor poco a poco y yendo de lo grande a lo pequeño.
  1. Y aunque parezca más obvio aún, porque, si existieran estos planes, simplemente son definidos de manera vaga (también en el sentido más habitual de la palabra), con responsabilidades no claras, donde los responsables de las actividades no están designados o lo que es casi peor, lo están pero éstos no saben qué o cuándo tienen que hacer.
  1. Falta de recursos apropiados. Evidentemente vigila si tu proyecto dispone del presupuesto económico apropiado, pero especialmente contempla la necesidad de otros recursos que no suelen ser considerados: recursos de disponibilidad de personas para su desarrollo, recursos de conocimiento necesario, de tecnología, datos o información, recursos de prestigio, etc.
  1. Falta de estímulo. Es curioso que los planes que realizamos para el verano (ir a tal o cual sitio, desconectar, leer aquel libro…) se cumplen y los que realizamos para después del verano no (ir al gimnasio, comer mejor, aprender idiomas)…sin duda el estímulo es algo fundamental para que los planes se realicen. Comenzar con pequeños éxitos generados en corto plazo hace que las personas involucradas empiecen a ser más creyentes de la iniciativa.
  1. Falta de oportunidad. ¿alguna vez arranca alguna iniciativa en vuestra organización en pleno tsunami?….es clave que antes de arrancar cualquier iniciativa vigilemos de qué manera se integra con la estrategia de la compañía y con otros proyectos previstos o en curso. ¿Es de verdad el momento en que te gustaría comenzar el único posible?
  1. Falta de liderazgo. Sin duda las personas con mando deben orientar al resto. Esto puede resultar mucho más difícil si lo dejan en manos de la inspiración y no en un plan de comunicación estructurado, de un esquema de reconocimiento apropiado o de unas competencias comunes por parte de todas con mando.

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