Montar un negocio propio es una decisión que no se puede tomar a la ligera. De hecho es mejor planificar detenidamente la creación de una compañía y, así, disminuir las posibilidades de fracaso.
Sin embargo son pocos los emprendedores que piensan a largo plazo y muchos los que se dejan llevar por el olfato o la emoción y no analizan en detalle lo que implica ser empresario.
Especialistas consultados por elempleo.com coincidieron en que la falta de planeación y organización es una de las principales causas para el alto índice de mortalidad de las micro, pequeñas y medianas industrias.
Según Alfonso Arango, director de Gestión en Incubar Colombia (laboratorio de emprendimiento), la ausencia de proyección es el error más común.
“Generalmente, las personas inician su empresa porque creen que da plata y esa es una percepción bastante equivocada. La gente se acostumbra a aprender del error y, lastimosamente, las equivocaciones en los negocios se pagan muy caro”, aseguró.
Bajo esta línea, la ausencia de planeación estructurada impacta durante el desarrollo de la idea al no existir una metodología clara ni unas metas definidas. De acuerdo con un estudio realizado por la Fundación para el Desarrollo Sostenible (Fundes), el 80 por ciento de las Pymes no cuenta con un plan estratégico y se concentra más en producir que en mirar hacia el mercado.
“Es evidente que las pequeñas y medianas compañías no trabajan direccionadas a obtener resultados concretos, medibles y verificables”, comentó Rubén Darío Salazar, gerente de Fundes.
Causas diversas
José Manuel Medina, coordinador de proyectos en el Centro de Competitividad Empresarial de la Universidad Javeriana, resaltó que el desconocimiento del negocio es otra explicación frecuente para el fracaso de algunas iniciativas de emprendimiento.
“La mayoría de nuevos empresarios no cuenta con información financiera, es decir, balances de pérdidas y ganancias, flujos de caja o estructuras de costos que representen la realidad de la compañía. (?) Generalmente son muy intuitivos y lo hacen todo al “ojímetro”, guiados solo por lo que sienten en un momento dado y, obviamente, eso no siempre funciona”, afirmó Medina.
No obstante, además de control financiero y planeación, es conveniente que los interesados en montar una empresa tengan cierto bagaje en la gestión y administración corporativas, se capaciten o trabajen con personas que dominen esos temas.
“Es recomendable que los emprendedores se formen en asuntos como finanzas, estrategias comerciales o mercadeo”, comentó Hugo Betancourt, director de Visión, la división de consultoría para pequeñas y medianas empresas de la Universidad de La Sabana.
Este experto también destacó que otro error de los nuevos empresarios es tratar de asumir todas las funciones del negocio, una práctica que debilita la gestión organizacional. En estos casos contar con profesionales especializados o asociarse con profesionales de diversas áreas puede ser la opción más viable.
Sin embargo, Alfonso Arango de Incubar Colombia aseguró que tener conocimientos específicos o habilidades técnicas no es suficiente para sacar adelante negocio y un equipo multidisciplinario es el mejor complemento.
“Por ejemplo, si varios ingenieros ambientales deciden montar una empresa ninguno aportaría significativamente al negocio porque todos saben lo mismo. En cambio, si trabajan con personas de otras áreas, la organización posiblemente sería más productiva”, anotó.
Arango Moreno también resaltó que cuando el emprendedor se dedica únicamente a labores administrativas o contables y deja de lado el producto o servicio es muy factible que el negocio deje de ser productivo.
De acuerdo con los expertos, otros aspectos que pueden incidir en el descalabro de nuevas empresas son:
- Ausencia de recursos financieros
- Insuficientes canales de comercialización
- Limitado acceso a tecnología o mano de obra calificada
- Escasa capacitación
- Falta de asesoría especializada
- Productos poco innovadores
Influencia académica
Posiblemente la idea de un negocio propio ronda la cabeza de la mayoría profesionales, bien sea porque tienen espíritu emprendedor o ven en esta opción una alternativa de trabajo.
En este contexto, los expertos aseguraron que es conveniente indagar si los programas tanto de pregrado como posgrado capacitan a los estudiantes para ser empleados o empresarios.
Según Hugo Betancourt de la Universidad de La Sabana, las instituciones académicas han cambiado su perspectiva frente al emprendimiento y ahora son más proactivas en cuanto a formar para la generación de negocios.
“Es un tema que las universidades vienen trabajando para que el alumno no piense que su única opción es ser empleado”, explicó.
José Manuel Medina de la Javeriana consideró que las instituciones de formación superior han tomado conciencia sobre la importancia de incentivar en la creación de empresa.
“Una de las alternativas utilizadas es permitir que los proyectos de grado se centren en desarrollar una compañía con presupuestos, misión, visión, etcétera”, puntualizó.
Finalmente, Alfonso Arango de Incubar Colombia consideró que las universidades deberían impulsar desde el primer semestre este tipo de iniciativas para que las tesis y monografías no se queden archivadas.
Autora Julieth Rodas L.
contenido@elempleo.com
http://www.estrategialaboral.com/colombia/investigacion_laboral/por-quno-fracasan-los-nuevos-negocios/6586809
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