Finalmente se impuso el oxi (no) en el referéndum convocado por Alexis Tsipras en Grecia. Un referéndum que ha dado muchísimo que hablar en Europa y en todo el mundo. Mientras los conservadores de derechas echaban pestes sobre Syriza, las izquierdas jaleaban la decisión del Primer Ministro griego. Debates sobre política y economía que no pueden ocultar su raíz ideológica y, en muchos casos, interesada.
“20110629 Moutza demonstrations Greek parliament Athens Greece” by Ggia – Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons
A nadie se le debería escapar que el resultado de este referéndum es muy beneficioso para Tsipras y Syriza, ya que no es lo mismo negociar con la Troika solo con el respaldo de un resultado electoral marcado por la desesperación y el desencanto que hacerlo con el respaldo del 60 % de la población para esta situación en concreto.
Que una mayoría de ciudadanos haya dado su apoyo a Syriza a la hora de hacer frente a las exigencias de Europa y del FMI supone la explicitación del sentimiento de rechazo de muchos europeos para con esta Europa que lleva demostrando desde el inicio de la crisis económica que sus medidas de austeridad no van dirigidas a salvar a los ciudadanos europeos sino a los especuladores y a las grandes corporaciones.
La crisis ha puesto de manifiesto el desmantelamiento, a nivel global, del Estado Social: ha mostrado que la política ya no quiere -y tampoco creo que pueda- solucionar los problemas de la sociedad. El camino iniciado por Margaret Thatcher, que afirmaba en 1987 que “la sociedad no existe. Hay individuos, hombres y mujeres y hay familias” nos ha llevado a esta situación. Para el Estado moderno los individuos son los únicos responsables de lo que les ocurre y ningún Gobierno les ayudará más allá de brindarle protección contra esos “peligros externos” (la mayor parte de las veces infundados) que amenazan su seguridad. Los ciudadanos hemos descubierto que estamos solos; que si no tenemos trabajo debemos emprender; que si no tenemos sanidad debemos contratar seguros; que si no tenemos pensión debemos hacernos un plan privado… El Estado ha dejado de ser necesario. Y es por eso que la unión de nosotros los ciudadanos y nuestro respaldo es tan importante. La política (y el Estado) sólo podrá recuperar su utilidad si cuenta con nuestro apoyo y si parte de nuestras opiniones y decisiones; si la política la hacemos nosotros y no la Troika, el FMI y el BCE o ni siquiera esas élites políticas que ya no necesitamos ni queremos. Los griegos son los primeros que lo han dicho a través de una consulta popular. Por el bien de Europa, no deberían ser los últimos.