A raíz de la información que estoy viendo publicada en estos últimos días sobre el juicio que se está celebrando acerca de la presunta agresión que sufrió una chica en los pasados sanfermines, no he podido evitar pensar en el equipo de detectives que realizaron, por encargo de una de las familias, un seguimiento de la actividad de la chica.
Me pregunto, si yo hubiese estado en el lugar de esa agencia de detectives, ¿hubiese aceptado ese encargo? ¿me hubiese sentido cómoda con un trabajo con el que es posible que albergue ciertas dudas o que, incluso, mis valores fuesen diferentes a los de mi cliente?
¡Todo por la pasta!
Esta situación me ha recordado otra en la que nos encontramos en Etrania hace un tiempo y en la que nuestros valores como empresa y como profesionales tuvieron una importancia crucial.
Una empresa nos había contratado un proceso de selección…
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