¿Por qué ir al psicólogo?

Por Titiroca

A día de hoy, uno de los temas tabú por excelencia es ir al psicólogo, o más bien decir que acudes. Esto es debido a que mucha gente estigmatiza y juzga lo relacionado con la salud mental pensando que quien va al psicólogo es porque está loco.Pues, igual que es un sinsentido soportar un dolor de muelas sin ir a un dentista, tampoco lo tiene aguantar el dolor emocional sin ir al psicólogo. Y cuando te conviertes en madre (o padre) aparece una carga emocional y una responsabilidad y culpa difícil de gestionar.

¿Por qué ir al psicólogo?

    Porque, al ser padres, nos relegamos a un segundo plano, olvidándonos de nosotros mismos, lo cual nos pasa factura generando sentimientos de soledad y vacío emocional aunque estemos rodeados de personas.
    Porque muchas veces tenemos un exceso de preocupaciones llegando incluso a bloquearnos, dificultándonos la toma de decisiones. Sentimos un agobio por todo sin poderlo concretar en ninguna causa y sin saber como salir de ese bucle en el que nos encontramos. No sabemos por dónde empezar para romper ese círculo vicioso, que si colecho, lactancia materna, alimentación, educación, etc, ¡demasiadas preocupaciones nuevas en tan poco tiempo!
    Porque necesitamos expresarnos sin ser juzgados ni que nos apliquen estereotipos. De hecho, el psicólogo no da juicios de valor ni opina, es completamente objetivo. Y al no tener ningún vínculo emocional contigo podrá ayudarte a que tú encuentres la solución más acertada y te des cuenta de tus errores. En cuanto entras en la maternidad, entras en la etapa de los juicios de valor gratuitos de otras personas, incluso de otras madres. Y por mucho que hagas oídos sordos, la mente retiene esos comentarios haciéndonos sentir mal sin saber por qué.
    Porque ir al psicólogo ayuda a una mejor gestión de las emociones y sentimientos negativos como la culpa, ansiedad, apatía, tristeza, cansancio. Hay veces que por mucho que pase el tiempo los problemas no se solucionan, y más cuando son generados por nuestra manera de actuar. Cuando se tienen hijos, este tipo de sentimientos negativos se incrementa a niveles a veces descomunales haciendo mella en nuestra percepción de nosotros mismos como padres.
    Porque no hace falta estar mal para ir al psicólogo, simplemente es para prevenir que llegue un momento de colapso mental y que el problema sea mayor, como una depresión. Es más, no siempre podemos con todo y no hay porqué avergonzarse. Pedir ayuda es más de valientes que permanecer callado y necesitarla.

La realidad es que las consultas de los psicólogos están abarrotadas de padres y madres y, muchos de los que no van al psicológo, deberían planteárselo porque lo necesitan más que los que ya acudimos 😉