Nuestro lector Esteban Ciraudo nos ha preguntado a través de nuestro formulario de EOM explica por qué Kaliningrado pertenece a Rusia, si está apartado geográficamente del resto del país.
Kaliningrado es uno de los cuarenta y siete óblasts que existen en la Federación Rusa, y el único de ellos que está separado del resto del territorio ruso, enclavado entre el mar Báltico, Lituania y Polonia. Pero este territorio no siempre ha estado bajo la esfera de Rusia. Antes de ser anexionado por el Kremlin, la región pertenecía a la desaparecida Prusia. Los caballeros de la Órden Teutónica se asentaron en este lugar y fundaron la ciudad conocida como Königsberg —la actual Kaliningrado— en el siglo XIII. Königsberg se mantuvo bajo el dominio de la Orden hasta que finalmente pasó a estar bajo la órbita prusiana a partir del siglo XVI. Después, la ciudad se convirtió en la capital de Prusia Oriental, una región próspera dentro del Imperio alemán.
No sería hasta el final de la Segunda Guerra Mundial cuando la actual Kaliningrado pasaría a ser parte de la URSS. Tras la ofensiva soviética contra la Alemania nazi y la firma del acuerdo de Potsdam, el territorio de Prusia Oriental quedó dividido en tres partes: una para Polonia, otra para Lituania —entonces la República Socialista Soviética de Lituania, parte de la URSS—, y otra para Rusia. La ciudad de Königsberg y su área circundante pasó a ser el óblast de Kaliningrado, bajo el control de Moscú. El nombre se eligió en honor a Mijaíl Kalinin, uno de los fundadores de la URSS y presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS entre 1938 y 1946.
Para ampliar: “¿Cómo se compone Rusia administrativa y políticamente?”, en El Orden Mundial, 2019
Bajo el control soviético se llevó a cabo un proceso de rusificación del territorio, que provocó la migración de la mayoría de los alemanes que hasta entonces habían poblado la zona. El Gobierno soviético aplicó allí las mismas políticas que en el resto de la URSS, y Kaliningrado se convirtió en un reflejo —social, étnica y políticamente— del sistema soviético.
Kaliningrado también es un importante enclave estratégico desde los tiempos de la Guerra Fría. Este territorio ha ofrecido a Moscú un punto de acceso al mar Báltico desde el que ejercer presión sobre el bloque atlántico: Kaliningrado tiene aguas mucho más templadas que las de otros puertos bálticos rusos como Víborg o San Petersburgo —que sufren inviernos mucho más severos—, lo que explica que sea Kaliningrado la sede de la Flota rusa del Báltico. Posteriormente, con la ampliación de la Unión Europea hacia el este —con la que Polonia y las repúblicas bálticas accedieron al club—, el óblast se convirtió en una cuña territorial rusa en pleno territorio de la UE, lo que permite a Moscú seguir jugando un papel central en la geopolítica del Báltico.
Sin embargo, la separación geográfica con el resto de Rusia es también el talón de Aquiles de este enclave. Las conexiones terrestres con la Federación Rusa —carreteras y vías férreas— pasan por territorio lituano, polaco y bielorruso, lo que supone un riesgo para el abastecimiento de Kaliningrado, y el aumento de las tensiones con los vecinos europeos hace la amenaza de un aislamiento terrestre siempre esté latente. Además, el acceso marítimo al óblast pasa necesariamente por la ruta del golfo de Finlandia, flanqueada por Estados de la órbita de la OTAN.
Desde que se lo anexionara en 1945, el Kremlin ha sabido sacarle partido a este enclave. Kaliningrado lleva desde entonces siendo un pieza fundamental en la estrategia defensiva de Rusia en el norte de Europa, y su separación geográfica, más que un impedimento, es una ventaja geopolítica para Rusia.
Para ampliar: “Kaliningrado, una isla entre dos mundos”, Fernando Arancón en El Orden Mundial, 2015
¿Por qué Kaliningrado pertenece a Rusia? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.