¿Por qué la esperanza es lo último que se pierde?

Publicado el 04 enero 2019 por Tdi @RLIBlog

Hesiodo mencionó en su Teogonía y relató en Trabajos y días el mito de Pandora. El mito comienza con la humanidad aún en la Edad Dorada, una sociedad masculina ignorante de todo lo que es malo y donde la muerte llegaba en un plácido sueño. Sin embargo, cuando Prometeo les entrega el fuego, Zeus quiere compensar ese bien con un regalo envenenado. Por eso ordena a Hefesto crear a Pandora del barro, siendo ella la primera mujer.

Creada Pandora, los dioses le entregan sus dones. Atenea le enseña a tejer; Afrodita le esparce la gracia, el deseo e inquietudes que enervan los miembros; Hermes le otorgó la impudicia, el ánimo falaz, su voz, las mentiras, los halagos y las perfidias. Atenea, Cárites, Pito y las Horas la visten. Sin embargo, como se verá, su naturaleza es el menor de los problemas.

Aunque Prometeo advirtió a su hermano Epimeteo que no aceptara ningún regalo de Zeus, este lo ignoró, aceptando a Pandora y provocando que abriese su vasija, liberando todos los males salvo uno, la esperanza, debido a que Zeus se arremolinó en el cielo y le ordenó que cerrara la tapa, haciéndolo por puro miedo. Con los males del mundo libres y con la presencia de la mujer, comienza la Edad de Plata.

Ahora bien, ¿por qué se quedó la esperanza en la vasija? Y más importante, para empezar, ¿qué hacía allí?

Concepto griego de esperanza

En la mitología, la esperanza fue personificada como Elpis (ἐλπίς), hija de Nix y madre de Feme. Su nombre significa "esperanza", pero también "expectativa". Ambas derivan a su vez de "suposición". Su equivalente romano fue Spes, de quien nos viene la clásica frase que no necesita traducción: Spes Ultima Dea. Para los griegos Elpis era un concepto ambivalente o incluso negativo, explicando su presencia en la vasija.

Objetivo de Zeus

Zeus quería compensar el don del fuego con un castigo. Los males que escaparon son indudablemente parte de él, pero, ¿mantuvo retenida la esperanza para que no la tuviera el hombre o para ponerla a su disposición? No saber tampoco si la esperanza era buena o mala crea nuevas preguntas.

Pandora como mal en sí mismo

Para empezar, la propia Pandora y, por tanto, su estirpe, como se indica en la Teogonía, se consideraban un mal por si mismos porque se alimentaban de los frutos de la labor del hombre. Los dones de Atenea eran un elemento común de cualquier mujer educada, aumentando su atractivo, pero su gula y despilfarro son su repelente. Casarse con una buena mujer no libraba del mal porque este equipara constantemente al bien. Morir soltero tampoco, pues los familiares se repartirían su herencia. El énfasis en los defectos de Pandora y su belleza física engañosa recalcan esta opinión.

También se sugiere que, con el fin de la Edad Dorada, los medios de vida ya no están al alcance de la mano, sino que hay que desenterrarlos. Aquí hay que recordar que Pandora o, su otro nombre, Anesidora ("presente de todos (los dioses)" o "dadora de todo") eran epítetos de Gea y Deméter, representada como una mujer emergiendo de la tierra. Esta era una enviada de la tierra y la propia tierra el prototipo de mujer. También hay indicios de que la propia Pandora era una antigua diosa de la tierra.

La vasija

La vasija ( pithos), que no caja ( pyxis en latín), probablemente no fue traída por Pandora del cielo. Según Proclo (412 - 485 a.C.), Prometeo la obtuvo de los sátiros y la depositó con Epimeteo advirtiéndole no aceptar a Pandora. Probablemente, Prometeo persuadió a los sátiros para quitarle la vasija a Zeus cuando iba a verter su contenido sobre la humanidad. Se ha sugerido que la vasija no solo contenía los males, sino también los bienes, que volvieron al cielo, salvo la esperanza.

El poeta Babrio (s. I-II d.C.) cuenta que Zeus colocó todos los bienes en una vasija que depositó con el hombre, pero la curiosidad de este le movió a levantar la tapa liberándolos y volviendo todos al cielo salvo la esperanza. Esta idea de la vasija de bienes enviada por los dioses encaja con la visión estoica de la providencia divina más que la concepción arcaica de los dioses. Teognis de Megara (s. VI a.C.) nos cuenta como los dioses abandonaron la tierra por la maldad del hombre, permaneciendo solo la esperanza. Es probable que Babrio combinara esta leyenda con el mito de Pandora. Es improbable que Hesiodo, teniendo un buen ojo para la distinción de los opuestos, combinara dos leyendas sobre una vasija de males y otra de bienes.

Bajo esta opinión, la permanencia de la esperanza simboliza que el hombre es responsable de las consecuencias malvadas de su esperanza ciega. Del mismo modo, incoherentemente, si Pandora no la hubiera abierto, los hombres aún estarían sometidos a todos los males y serían responsables de ellos.


Volviendo a Hesiodo, ¿debemos suponer que una vasija cuya función era evitar que su contenido se extendiese entre los hombres ayude a retener uno de sus elementos? La influencia de Zeus sobre Pandora para que la cerrase indica que debía permanecer así para siempre. Se ha sugerido que la permanencia de la esperanza significa que la vida carece de ella, no que esta no exista, pero esto no podría expresarse con el término griego usado. El término usado podría significar "optimismo", pero entonces sería un misterio su presencia en la vasija de los males. Si quería hacer a la vida prometedora, podía haber neutralizado los efectos del mal, y si quería el efecto opuesto, habría optado por no colocarla en la vasija.

Es posible que este elemento que permaneció en la vasija hubiera sido insoportable para la humanidad y la ilusión engañosa habría inducido a los hombres a descuidar su trabajo. El propio Hesiodo advertía en su segundo libro de Trabajos y días sobre las "vanas esperanzas y los malos pensamientos".


Según Proclo, la explicación sería que Zeus colocó en la vasija a todos los males y, lo que es peor, la expectativa de estos males. Su propósito original era que los hombres se esperaran los males que le afligirían, pero Zeus alteró su decisión en el último momento porque sería una tortura insoportable. Por ello, el mal aparece por sorpresa. Estos males no son morales, sino desgracias.

Resumen

En respuesta a las preguntas planteadas:

  • ¿Mantuvo retenida la esperanza para que no la tuviera el hombre o para ponerla a su disposición? ¿Por qué se quedó la esperanza en la vasija?
    • Zeus quería privar a la humanidad de la esperanza, de la expectativa del mal, porque su carga sería insoportable. Su decisión era retenerla permanentemente.
  • ¿Qué hacía allí? ¿Es buena o mala?
    • Su presencia en la vasija se debía a que era la capacidad de esperarse el mal inevitable que acontecerá.

Fuente

    Verdenius, W. J. (1985). A commentary on Hesiod: Works and days, vv. 1-382 (Vol. 86). Brill.

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