Desde el inicio de la computación, las pantallas de los ordenadores sólo mostraban dos colores, generalmente verde o blanco sobre un fondo negro. Con los avances de la tecnología esto no duró mucho tiempo, y existe una razón no muy conocida de por qué estos colores no eran ideales para los usuarios. La razón tiene que ver con las personas con problemas de visión.
Los primeros monitores fabricados en los inicios de la computación utilizaban tubos de rayos catódicos para disparar electrones en una pantalla fluorescente, y así producir los píxeles. En el interior, las pantallas se recubrían con fósforo; un material que emite luz cuando se golpea con radiación como la de los electrones, creando un píxel de luz por cada uno. Es por ello que el fósforo utilizado emitía un color verdoso, al mejor estilo Matrix, que contrastaba con el fondo negro.
Con el transcurso de los años, la tecnología permitió que cada punto de luz reflejara tonos rojo, azul y verde. Ello resulto en el nacimiento de monitores de color con fondos blancos. La razón cultural más aceptada para el cambio a fondo blanco fue que los nuevos monitores emulaban la experiencia de leer sobre papel y que esta era la razón por la cual habían desaparecido las letras verdes sobre fondo negro. Sin embargo, indagando un poco más, descubrimos una razón más fascinante.
La mejor explicación al respecto la da Tatham Oddie, CIO de la plataforma de desarrollo Readify. Oddie publicó un ensayo en su blog personal hablando de la legibilidad. En él cita un estudio de 1980 en el que se dice que la precisión de lectura mejora en un 26% con pantallas de fondo blanco en vez de negro. ¿La razón? El astigmatismo.
A causa del astigmatismo, las personas tienen más dificultades para leer texto en blanco sobre negro que texto negro sobre fondo blanco. Parte de esto tiene que ver con los niveles de luz. Según estudios, con una pantalla de fondo negro el iris se abre para recibir más luz, y la deformación de la "lente" en los ojos con astigmatismo da como resultado un enfoque mucho más borroso. Las pantallas blancas fuerzan el iris del ojo a cerrarse, lo que reduce el efecto de deformación.
Aunado a que casi el 50% de la población mundial sufre de astigmatismo en algún grado, era de esperar que las pantallas blancas triunfaran sobre las negras. Pero, el astigmatismo no fue la única razón para el abandono de las pantallas monocromas, los avances tecnológicos también jugaron un papel importante en ello. Sin embargo, el debate sobre los fondos blancos o negros nunca ha terminado del todo. Hay muchas personas que encuentran más relajante para la vista leer sobre fondo negro. Incluso, hay muchas aplicaciones que ofrecen versiones a elegir en su interfaz.