Ruido compartido, ruido envenenado, demasíado ruido, ruido platos rotos, ruido empedernido, tanto tanto ruido, así cantaba Sabina. En realidad hoy día, cuando más adelantos tecnológicos tenemos en eso que llaman el acceso a la información, la verdad es que todo es ruido, ruido y mentiras. Esto es como una película de los años 30 en Chicago, a los gangsters los llaman brokers, a la policía que mira para otro lado, gobernantes del pensamiento único neoliberal y al crimen organizado ahora se le bautiza como el mercado, el santo mercado. ¡Qué de contaminación para no decir las cosas por su nombre! Cuando hablan de rescate hablan de "que aquí te cojo y te vas a enterar", hablan de que te voy a obligar a subir el IVA para que paguemos todo igual de caro el pan, eso sí, lo mismo para el magnate que para la empleada del hogar que trabaje en su casa. Cuando hablan de rescate no dicen que vamos a perder la poca soberanía que nos queda como nación, que no es que eso sea preocupante siempre que ganemos soberanía europea, pero eso no. Vale que Merkel mande, pero digo yo que nos dejen votar en Alemania ya que ella es la que decide, digo yo ¿no? Cuando hablan de rescate no dicen que podrán cambiar de Ministro de Economía, que puede ser un empleado directo de Goldman Sachs. Y todo ello no serán recortes, serán reformas, maldita palabra. Reformas para pagar su crisis, la crisis privada de sus sistema financiero. Maldito sistema.