En el ajedrez, como en el poker, cada partida es única. Lo que un jugador realiza sobre el tablero depende de lo que su oponente ejecute sobre el mismo, de igual manera que en el poker un jugador desarrollará un juego diferente dependiendo de las acciones desplegadas por sus oponentes. Eso sí, en ambos juegos siempre reinará la tensión y la intriga.
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