El libro en cuestión es (Princeton University Press) de Lauren A. Rivera
Lauren Rivera, profesora de management en la Universidad de Kellogg, ha realizado un estudio entre los reclutadores de RRHH de empresas y ha extraído una serie de conclusiones, obvias pero que desmienten algunas muy aceptadas como que a mayor esfuerzo en la vida mejores resultados, sobre todo económicos.
- Los seleccionadores de personal filtran a sus candidatos por sus orígenes socio-económicos.
- Una universidad privada prestigiosa y un tiempo de becario en una compañía de renombre internacional son interpretadas por el entrevistador como características de un nivel competencial del candidato muy altas. ¿Quién va a Yale o está un tiempo de becario en Goldman Sachs? El hijo de trabajadores no se lo pueden permitir.
- A mayor estatus socio-económico mejores centros educativos en la zona (privados y públicos) y acceso a los estudios superiores en universidades de élite.
- En la misma institución educativa las personas con menores dificultades económicas tienen tiempo para realizar prácticas como becarios, relacionarse socialmente con personas también más ociosas y de su propio estatus social, mientras que los hijos de trabajadores deberán finalizar sus estudios rápidamente para obtener ingresos, deberán compaginarlos con trabajos que les permitan pagar las elevadas taxas de las universidades (no solo norteamericanas, también ya en Europa) y solo se relacionaran con personas de su mismo estatus social.
- Los méritos son definidos en función de los valores de las clases altas. Sin embargo, son los padres de los alumnos quienes establecen lazos de amistad y facilitan el futuro de los compañeros de sus hijos.
- Según el sociólogo Pierre Bourdieu los niños adquieren en los primeros años de su vida los hábitos que definen a su clase social, como los valores, los estilos de interacción, las formas de conversar, de vestir y de hablar, así como sus conductas.
- Estos hábitos (habitus) perfilan la cosmovisión de cada persona y, por tanto, ayudan a perpetuar la forma de entender el mundo de sus progenitores.
- La visión y objetivos de las clases bajas son cortoplacistas ya que deben garantizarse la subsistencia y sus proyectos siempre se caracterizan por la inmediatez y practicidad.
- Por lo contra las clases altas dedican un esfuerzo a largo plazo y los objetivos son más indefinidos pero inmersos en su estilo y forma de entender el mundo.
- Los deportes de las clases altas como la vela o equitación requieren de un esfuerzo a largo plazo y unas posibilidades económicas que los deportes como el fútbol o el baloncesto no exigen a las clases bajas.
- La socióloga Annette Lareau ha definido la "cultivación concertada" como la forma en que los padres educan y entienden que debe ser la vida de sus hijos. Para las élites sus hijos son una inversión a largo plazo, algo que hay que cuidar, mientras que para las clases trabajadoras sus hijos deben independizarse y progresar por su cuenta lo antes posible.
- Los alumnos de clase alta normalmente piden ayuda más a menudo a los profesores ya que están acostumbrados a tener soporte y cuidados desde la cuna, lo que propicia que parezcan más motivados.
- ¿No te suena? Por el contrario los niños de la clase trabajadora creen que es de débiles pedir ayuda, razón por la que pasan más desapercibidos por sus profesores, con el consiguiente aumento de pérdida de contenidos y mayores posibilidades de equivocarse. Es el orgullo de la clase trabajadora pero que puede ser un impedimento para relacionarse mejor con sus maestros, y, en el futuro laboral, con sus superiores.
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