Por qué me gusta tanto la vida rural...

Por Miguel Angel Montesinos Sanchez @EcuadordelSur

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Disfrutando de las rutas sabatinas

Ya son cuatro años viviendo en un paraíso natural totalmente rural y llegó la hora de hacer un pequeño resumen de porqué me gusta tanto.Muchos de vosotros me habéis preguntado y lo seguís haciendo “si es que no me aburro viviendo en un lugar con nulas opciones para el ocio”, pues tengo que responderos que como en todos los lugares hay pros y contras. Se echa en falta una salida al cine, al teatro, a espectáculos de calidad, a estar ocupado después de trabajar en definitiva, pero se compensa con otras a las que en la vida urbana no tenía.
Partiendo de la base de que la vida rural me fascina, con todos sus inconvenientes, es mágico que casi todo el mundo se conozca, que no pares de saludar a todos durante todo el día, que te levantes por la mañana y veas toda una pradera verde repleta de ganado, tomar esa leche recién ordeñada, comer alimentos cogidos de la propia huerta que tú mismo has cosechado, visitar amigos y que te reciba toda la familia, salir de casa y no estar sufriendo por si te van a robar… tantas y tantas cosas que me son imposibles de enumerar.
Lógicamente también hay muchas cosas que le impactan a cualquier persona acostumbrada a "otra vida", como el batallar diariamente con una mentalidad anclada en el siglo XIX e influenciada en exceso por religiones que oprimen el pensamiento y desarrollo personal endiosando a cualquier autoridad como si fuese un iluminado, que salir de fiesta se convierta en borrachera irremediablemente pues no se entiende la diversión sin alcohol, que la gran mayoría de autoridades no estén preparados para los puestos que desempeñan o que una gestión oficial se convierta en una odisea ilógica por culpa de una abundante pseudoburocracia que impide el desarrollo, que el “roll” de hombre y mujer esté todavía tan remarcado habiendo bastantes problemas de desigualdad de género en todos los ámbitos de la sociedad, por poner un ejemplo… pero creo que son cosas que cambiarán solas con la evolución que impondrán las nuevas generaciones que ya llegan más preparadas y con un pensamiento ético y moral acorde a los nuevos tiempos, y lo más importante; llegan con unos estudios realizados realmente y no con carreras compradas, algo tan habitual que asusta.
En lo particular las amistades rurales son para toda la vida, estaré aquí o en cualquier otro lugar, pero los vínculos creados siempre tendrán un lugar en el corazón. Igualmente el salir de rutas caminando senderos para explorar la zona se han convertido en uno de los placeres que siempre quise hacer y nunca encontré momento.
En cuanto a mi rama pasional de cultura, turismo y tradiciones la decepción es inmensa, pues como dije anteriormente, batallar con autoridades no preparadas en la importancia de ser una ciudad Patrimonio Cultural es bastante frustrante, pero aprendí a “obsequiar con silencio a quien no aprecia tus palabras y con mi ausencia a quien no aprecia tu presencia”

Hoy en día seguimos con este blog desde donde esa parcela queda cubierta en lo personal, sabiendo que algún día llegará quien realmente le dé la importancia que tiene a la cultura y el turismo, y dispondrá de los recursos necesarios para potenciar la gran materia prima que se tiene para ser una referencia turística que transformará la calidad de vida de la zona sin entorpecer el desarrollo natural medioambiental.
Por lo demás aseguro que no cambio la vida rural a pesar de los inconvenientes, me destrozaría el alma dejar esta vida de tranquilidad y paz por vida metropolitana, pues ya la experimenté durante 40 años y ya se lo que es, aunque seguro me adaptaría, pero esta experiencia jamás quiero terminarla.
Os dejo con un vídeo que montamos recientemente del maravilloso lugar donde habitamos.