En una búsqueda, todavía no desesperada, de una solución milagrosa para luchar contra el cambio climático, la electrificación de nuestra economía surge como una opción que, combinada con otras, nos pone en la dirección de lograr los objetivos de limitación del aumento de temperaturas globales.
Un movimiento decidido hacia la electrificación masiva podría aprovechar las potentes sinergias entre la eficiencia energética y las energías renovables, ya que su efecto combinado es capaz de satisfacer rentablemente la mayoría de las necesidades de descarbonización relacionadas con el consumo de energía de aquí a 2050.
Para posibilitar esto, y en primera instancia, sería necesario dar forma a un (nuevo) sector eléctrico que esté dominado por las energías renovables y en el que se implementen nuevos modelos de concebir y operar los sistemas energéticos.
Si electrificamos (casi) todo, transporte, edificios e industria, deberíamos integrar nuevas normas de ordenación urbana y construcción, así como otros planes y políticas, en particular con el fin de hacer posible una descarbonización exhaustiva y rentable en los sectores mencionados.
Pero volvamos al asunto inicial, ¿por qué deberíamos electrificarlo todo? Aquí exponemos 5 razones:
1. Creación de nuevos puestos de trabajo
La fabricación de automóviles, edificios y electrodomésticos, y la expansión de la energía limpia tienen el potencial de crear millones de nuevos empleos.
Aunque es en los países más desarrollados en donde se puede concentrar la mayor parte de la creación de estos empleos, a nivel global el aumento sería destacable.
En Estados unidos se estima que este movimiento podría crear hasta 25 millones de empleos durante los próximos 15 años y 5 millones de empleos sostenidos hasta 2050.
2. Ahorro de recursos y de dinero
Los consumidores y las empresas que poseen y operan vehículos, edificios y electrodomésticos están en disposición de ahorrar dinero en su factura energética porque la electricidad está en camino de ser una fuente energética con coste de generación marginal, y desde luego, mucho más barata que la energía generada mediante combustibles fósiles.
Quizás podamos disponer en un futuro cercano de tarifas planas (reales) de electricidad, de igual manera de disfrutamos de tarifas planas para la conexión a internet, en las que no se nos factura por el consumo sino por las características del acceso que tenemos.
En los países desarrollados este ahorro podría cifrarse en varios miles de dólares (euros) anuales para un consumidor particular.
3. Reducción de la contaminación del aire
Si nuestros automóviles se alimentan con baterías y reemplazamos la calefacción del edificio por una eléctrica, podemos eliminar gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), reduciendo así la contaminación del aire que respiramos y posibilitando que tengamos una vida más saludable.
Únicamente la contaminación del aire provocada por los vehículos fue responsable de unas 385.000 muertes prematuras a nivel mundial en 2015.
4. Lucha contra el cambio climático
Como hemos dicho, reemplazar los combustibles fósiles por electricidad generada con fuentes renovables también reduce las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, lo que significa que ayuda a combatir el aumento del efecto invernadero, el calentamiento global y, por consiguiente, el cambio climático.
En Estados Unidos, el Consejo de Defensa de Recursos Naturales (NRDC – Natural Resources Defense Council, en inglés) ha descubierto que la electrificación generalizada de vehículos en este país podría conducir a una reducción de las emisiones de carbono entre 430 millones y 550 millones de toneladas métricas anuales hasta 2050.
5. Fomento de la innovación
Electrificar (casi) todo y descarbonizar nuestra economía requerirá que todos nos pongamos manos a la obra para utilizar recursos financieros, políticas e innovación tecnológica para transformar estos sistemas e instituciones basados en una economía lineal y en el uso indiscriminado de combustibles fósiles.
Animadas por este movimiento hacia la electrificación masiva están apareciendo numerosas empresas emergentes (startups) para abordar estos retos, con nuevos modelos de negocio y empujando a la transformación digital de nuestra economía.
Es cierto que la electrificación de nuestra economía es una tarea ingente, y que existen sectores y ámbitos de actividad difíciles de electrificar que requerirán aplicar soluciones y tecnologías intermedias o de transición que reduzcan parcialmente sus emisiones a la espera de que surjan escenarios plenamente sostenibles.
Sin embargo, ya existen iniciativas internacionales decididas alrededor de la electrificación y la descarbonización, que están basadas en el incremento del uso de energías renovables y el fomento de la eficiencia energética.
También se han identificado los sectores de actividad prioritarios para esta electrificación masiva, como son el transporte, la generación eléctrica, la industria, y el sector residencial y servicios. Es fácil deducir que la electrificación va a ser determinante en la disminución de emisiones y tiene un papel crucial en cada uno de estos sectores.
La electrificación es el futuro. No te quedes atrás.
El artículo Por qué necesitamos electrificar (casi) todo se publicó primero en ecointeligencia - cambia a un estilo de vida sostenible!.