Por qué no decir cosas malas a mi hijo de su papá

Publicado el 07 mayo 2014 por Maternidadconsciente @MaternConscient
Se puede hablar mucho del tema. Yo voy a decir solamente algo basado en la lógica, a modo de invitación a pensar.
El niño es y se ve a sí mismo como el resultado de la suma de mamá y papá. 
Si mamá y papá se pelean, ya de por sí es una causa suficiente para que el niño sienta una división en su interior, sin que sea necesario que suceda otra situación agravante.
Si además mamá le habla mal a su hijo de su papá, pasa lo siguiente:
  • El niño, que ama a su mamá pero también a su papá, se siente culpable por ese amor, porque siente que defrauda a su mamá al amar a quien ella odia. Si defrauda a su mamá, es malo. Si es malo, no merece el amor ni de su mamá ni de su papá. 
  • Si el niño decide complacer a su mamá y odiar, al igual que ella, a su papá, defrauda a éste, lo que nos conduce al mismo resultado de verse a sí mismo como un hijo malo. Y si es malo, no merece el amor de sus padres. 
  • Si el niño es el resultado de la unión de una mamá y un papá, y resulta que papá es malo, él también será malo en lo que se parezca a papá, o en la medida en que su vida es consecuencia de la vida de papá. 
  • Si el niño es el resultado de la unión de mamá y papá, y ahora mamá odia a papá, entonces también debe odiarlo a él, porque su nacimiento fue consecuencia de esa unión. 
Hay muchas otras conclusiones lógicas que pueden derivarse de esa situación, aunque no necesariamente se dan a nivel consciente. 
Son muchas las causas por las que las madres tendemos a hablar mal a nuestro hijo de su propio padre, por ejemplo: 
  1. porque sentimos que hacemos más que ellos en la educación y crianza de nuestros hijos
  2. porque nos fueron infieles
  3. porque mantienen su libertad, mientras nosotras estamos atada a la casa y a los hijos
  4. porque nos restringen económicamente 
  5. porque no se comprometen con la relación 
  6. porque continuaron con su vida mientras nosotras nos quedamos solas para criar a nuestro hijo
  7. etc., etc., etc... 
Y luego de tantas "traiciones" de parte de nuestra pareja o ex pareja, es común que nos duela ver que nuestro hijo siga ignorante de "quién es el bueno y quién es el malo" de la historia y buscamos que sepa cuál es la verdad, como si todo lo que hiciéramos fuera solamente para lograr algún tipo de crédito. Pero debemos mantener en vista siempre cuál es la verdadera finalidad por la que hacemos las cosas correctamente: no era acaso la felicidad de nuestro hijo? 
No importa en definitiva cuál sea la relación que mantengamos con nuestra pareja. No necesariamente debe haber un divorcio de por medio para generar esta división interna en nuestros hijos. Si vivimos juntos pero nos criticamos mutuamente en frente de los niños, ellos pondrán en marcha la misma lógica para desarmarse, dividirse y des-amarse a ellos mismos, para destruir su autoestima, para sentir culpa, dolor, miedo, soledad, impotencia. 
Como mamás, y más allá de los errores que hayamos cometido en el pasado, debemos ser conscientes que somos responsables de brindar un entorno emocional seguro para nuestros hijos, de permitirles crecer sanamente, de tener una salud mental plena, de lo contrario los estaremos condenando a una vida de infelicidad. 
No es la separación en sí misma la que causa la infelicidad de los niños, aunque por supuesto no es la situación ideal desde que se ven en la situación de tener que optar por estar con uno o con el otro progenitor, resignándose a no poder compartir con ambos a la vez, además de otras situaciones cotidianas que complican, como no tener un lugar fijo para vivir, en el caso de la tenencia compartida, tener ropa, juguetes, calzado y otras cosas personales en uno y en otro lugar, no sabiendo a veces donde está cada cosa, vivir "una vida diferente" en cada casa, sin entender muy bien como coordinar ambas... pero en fin; lo que realmente causa infelicidad es esa división interior a la que los exponemos cuando los hacemos sentir culpables por amar a su padre
Pienso que, a menos que existan verdaderas situaciones de riesgo, padres que resulten violentos o peligrosos de algún modo para la salud física o mental de nuestro hijo, debemos mantener siempre la diplomacia en las relaciones y el respeto por la familia, que aunque separada, sigue siendo una familia en pos de ese hijo que un día decidimos, como adultos traer al mundo y del que hoy somos los dos responsables
No crees que la felicidad de nuestro hijo merece que intentemos ahorrar esos pequeños (o grandes) comentarios improductivos
Aclaro que en toda esta nota me dirigí a las mujeres porque se que son más frecuentes como lectoras, pero que lo dicho vale también para un padre que habla mal de una madre. En ningún caso se justifica esa violencia de la cual, en definitiva, el destinatario es nuestro hijo. 
Intentemos frenar nuestros impulsos y recordar que cuando hablamos mal a nuestro hijo de su padre lo que estamos haciendo es poner el odio que tenemos por esa persona, por encima del amor que tenemos por nuestro hijo. 
La maternidad a veces nos requiere estos pequeños esfuerzos, pero como ya dije en otras oportunidades: la felicidad de nuestro hijo lo vale. 

Hacemos el intento? 

Qué piensas de esta nota? viviste alguna experiencia relacionada como hij@ o como padre?