¿Por qué no hay televisión en las casas de la gente cool?
- Porque ser cool conlleva sacrificios
- Ojos que no ven, corazón que no siente (así no hay tentaciones de cotillear «Sálvame«)
- Porque no todos tienen una Bang&Olufsen (¡Esta sí que sale en revistas!)
Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), este anti estético aparato existe en el 99,3% de los hogares españoles, algo impensable a juzgar por su ausencia en redes sociales y revistas de decoración. Un postureo que apuesta por ocultar la televisión a la cámara, como si mostrarla fuera un reconocimiento de lo mundanos que somos.
Afortunadamente, el auge de series como Breaking bad o recientemente, Chernobyl, han conseguido que la televisión empiece a salir del armario. Lo hygge, ahora, es pasar una tarde de domingo viendo Netflix, con calcetines y mantita. Eso sí que mola. Así que nada de ocultar-la-televisión y mucho de cómo-y-dónde-la-pongo-para-verla-de-cine.
El dónde es fundamental
Hablemos de tamaño. Aunque todo el mundo quiere una «tele grande que te cagas» (adoro esta frase de Trainspotting porque es un dogma para muchos), existe una correlación entre el tamaño de la pantalla y la distancia óptima para visualizarla -porque ¿no querrás descubrir lo que es un pixel, verdad?-.
¿La buena noticia? Que las distancias se acortan a medida que avanza la tecnología. Ahora, la pantalla estándar es el full HD (2K), seguido muy de cerca por el ultra HD (4K) y en camino, el 8K. Resumiendo, si una pantalla full HD de 40 pulgadas puedes verla a 160cm, una ultra HD, a tan solo 70cm. Da vértigo, la verdad.
Pero no corras a comprarte el último modelo. Debes saber que este es siempre el más caro (más bien, desorbitado) y además -y esto es bien gracioso-, la mayoría del contenido para televisión todavía se produce y distribuye en 1080p (2K), con una presencia gradual cada vez mayor del 4K. Vamos, que si te compras un 8K, verás la tele igual que el vecino que todavía tiene la prehistórica 2k. Tú mismo.
Una tele a tu altura. Pero igual de importante es la distancia a la que ves la tele como la altura a la que debe estar. Lo bueno, es que esta regla ya te la conoces, pues es la misma que para colgar arte: el centro de la tele debe coincidir con la altura de tus ojos. Y sentado en el sofá, estos suelen estar a 85/100cm. El centro de tu tele, entonces, debe situarse a esa altura, independientemente de su tamaño.
En cambio, si estamos hablando del dormitorio, la cosa se complica, ya que si colocas el televisor a una altura apropiada para verlo sentado en la cama, no funcionará cuando te vayas escurriendo y acabes tumbado -que siempre pasa-. De ahí que una solución apta para cualquier postura sea colocarlo sobre un brazo articulado que adopte múltiples posiciones (y si lo domotizas, lo bordas)
Y claro, la cocina también tiene sus contratiempos ya que la falta de espacio o las salpicaduras limitan su colocación. Tendrás que ver si dispones de una pared alejada de la placa, o bien, podrías suspenderla del techo, de modo que puedas adaptar su posición según más te interese (si va en la pared, ten en cuenta la altura, pues habitualmente verás el televisor de pie o sentado en taburetes altos) Otra alternativa es adquirir uno de los últimos televisores waterproof (perfectos para baños)
Y se hizo la luz
Todos los expertos aconsejan visualizar la pantalla con algún punto de luz tenue y cálido que distraiga tus ojos del punto lumínico central. Y no es una tontería, hay razones de peso detrás de esta recomendación que tienen que ver con la adaptación de la pupila a la luz. Viendo la tele a oscuras, la vuelves loca y eso no es nada razonable (hay toda una explicación científica detrás, créeme) Reconozco que me encanta el modo cine, ese en el que no hay manera de ver donde se te cayó la palomita, pero prometo empezar a seguir las recomendaciones de los expertos.
Tampoco es bueno situar la televisión en frente de una ventana por los molestos reflejos. Aunque esto se soluciona rápido con unas buenas cortinas opacas. Ojalá todo fuera tan fácil.
Tele, este es tu sitio
Integrada. A pesar de que las pantallas no dejan de crecer, los muebles contemporáneos pueden integrarlas dejando tanto el cableado como los soportes totalmente ocultos. Y si debes colocar los equipos accesorios (DVD, Blu-ray o altavoces) alejados de la televisión, la tecnología te permitirá controlarlos como si estuviese todo junto.
Mimetizada. Un televisor apagado es como una diana en la pared. La solución es que el fondo se mimetice con la pantalla y aquí no ha pasado nada.
Oculta. Si disfrutas más de la fórmula «amigos + juegos de mesa» y menos de «amigos + fútbol«, vale, en ese caso admito que eres el candidato perfecto a ocultar la televisión. Pero ten en cuenta esto: tan poco estético es ver una pantalla de televisión como algunos elementos motorizados o correderos que la ocultan con dudosas obras de arte. Sinceramente, hay en Pinterest cada idea por ahí suelta que pone los pelos de punta. Así que por favor, sé estético – ¡o pregúntame!-
Bien visible. Y es que, por mucho que protesten los gurús de la decoración recomendando ocultar la televisión, a veces es mejor dejarla tal cual. Desde que las series se han convertido en el opio del pueblo (incluso desplazando al fútbol), ya no tenemos nada que esconder. Netflix, HBO o Amazon han logrado el milagro. Ahora somos más europeos y pasamos nuestro fin de semana en casita. El bar es historia.
Y tú ¿qué opinas? ¿Te gusta ocultar la televisión? ¿Mejor grande? ¿Visible? … Ay, queremos saberlo todo, así que desembucha!!!