En el presente artículo voy a intentar exponer los motivos por los que, en mi opinión, este tipo de valores no suelen contar en las operativas desarrolladas en nuestro Blog de Bolsa.
En primer lugar, existen una serie de características comunes, que por si solas condicionan seriamente nuestro trading o inversión. A saber:
- Compañías que están amenazadas por el concurso de acreedores o que directamente han salido de esta situación. En caso extremo se puede llegar a suspender la cotización, mientras se está dentro del valor. Esta práctica se está volviendo más habitual de lo que en principio parecería razonable. El hecho de que se suspenda la cotización, siendo accionistas, implica que nuestro capital quede atrapado e inmovilizado a la espera.
- Empresas cuyos resultados arrojan pérdidas, con un alto nivel de endeudamiento y viabilidad muy cuestionada en el tiempo. Condición que las hace atractivas, especulando con la recuperación de la compañía y la fuerte revalorización asociada a este proceso, puesto que viene siendo muy castigadas en el tiempo (tendencialmente muy bajistas).
- La cotización suele ser próxima a los 0 euros. Esto implica altos spreads u horquillas de precio, los cuales dificultan y deterioran cualquier operativa a desarrollar.
- El volumen medio negociado arroja cifras bajísimas, con fuertes picos en las sesiones al alza o a la baja.
Ejemplos de este tipo de compañías existen en nuestro mercado, a continuación les enumero brevemente las más destacadas: Banco de Valencia, Deoleo, Ercros, Ezentis, Fersa, General de Alquiler de Maquinaria, Metrovacesa, Natraceutical, Quabit, Reyal Urbis, Sniace, Tavex, Vértice 360 etc...
Por lo general, este tipo de acciones suponen un gran atractivo para el pequeño inversor, que sueña con una alta revalorización en escaso periodo de tiempo. Al ser cotizadas por debajo del euro, las cuentas de beneficio se disparan con escasos céntimos de subida.
Pues bien, hecha esta pequeña introducción, os voy a intentar explicar las razones por las que siempre me he mostrado reacio a desarrollar operativas en este tipo de valores, manteniéndome al margen de las mismas.
- Aversión al riesgo innecesario añadido. Cuando se invierte en acciones debemos asumir que el máximo riesgo equivale a la cantidad pagada por un determinado número de acciones. El caso extremo aparece en la suspensión de cotización y posterior liquidación de la empresa y ejemplos prácticos no nos faltan. Invertir en un valor Ibex como Telefónica, Repsol, BBVA o Inditex entre otros reduce la exposición a este tipo de situaciones. Ergo si queremos minimizar riesgos, que mejor opción que eliminar los chicharros de nuestra cartera.
- El spread u horquilla de precios asociada a un chicharro deteriora el margen de rentabilidad. En un símil, esto equivale a decir que la comisión de compra o venta se dispara. Lo vemos con un rápido ejemplo. Chicharro que cotiza en 0.15 euros (que incluso puede ser más bajo). La horquilla de compra y venta mínima se establece en 0.145 euros para la venta y 0.15 euros para la compra. Esto supone una pérdida inicial superior al 3%, algo que difícilmente tiene una cómoda digestión, puesto que inmediatamente después de comprar 3000 euros en este activo asumimos 100 euros de pérdidas.
- Dificultades a la hora de operar por ser precios habitualmente ilíquidos. La escasa liquidez siempre es un problema añadido cuando se opera en Bolsa.
- El análisis técnico se convierte en algo especialmente complejo para este tipo de valores. Su fuerte carácter especulativo invalida en muchas ocasiones el análisis de este tipo de gráficos, dificultando la búsqueda de patrones. Los precios suelen moverse a golpe de noticias y rumores presentes en el mercado.
Y sin duda, el mayor engaño estriba en el alto porcentaje de revalorización esperado. A todo lo anterior, que no es poco, añado la pregunta ¿es necesario este tipo de valores en nuestra cartera? En mi opinión no. Muchos justifican este tipo de operativas en base al espaldarazo que puede suponer en su cartera una revalorización que doble o triplique la inversión inicial.
En base al hilo argumental desarrollado, tengo que decir que no puedo estar más en desacuerdo, intentándolo explicar de forma sencilla para que todos lo puedan entender.
En un mundo en el que los productos financieros han proliferado, avanzado y expandido viralmente, no alcanzo a entender los motivos para asumir riesgos innecesarios en activos de tipo chicharro, existiendo otras opciones de inversión que permiten un beneficio igual o superior, sin la exposición y consecuencias anteriormente explicadas. Operar en Banco Santander o Telefónica de manera apalancada es el mejor ejemplo que se me viene a la cabeza. Y como siempre, os intento poner un ejemplo para visualizar el argumento de la situación.
Por las características anteriormente citadas, vamos a suponer que disponemos de 2.000 euros para invertir en un valor tipo chicharro. Pongamos unas expectativas de revalorización del 50% (que no está nada mal), obviando detalles de liquidez, spreads, riesgo y demás historias asociadas, suponemos que logramos nuestro objetivo. El beneficio quedaría en 1.000 euros.
Ahora bien, utilizando la posibilidad que ofrece la inmensa mayoría de intermediarios o brokers, depositamos 3.000 euros como garantía en nuestra cuenta de valores y nos apalancamos con 20.000 euros en cualquiera de los bluechips del Ibex (15% de garantías). Un movimiento del 5% en nuestro bluechip obtiene como beneficio los 1.000 euros anteriormente citados para nuestro chicharro.
Evidentemente y como bien dice nuestro refranero: para gustos, los colores. Cada cual es libre de utilizar los métodos que estime oportunos para tratar de ganar al mercado, pero personalmente lo tengo muy claro, en Bolsa, huir de riesgo, la incertidumbre y la complejidad ayuda bastante. No obstante, siempre existirán buenos y grandes especuladores que consigan excelentes resultados con sus inversiones en la lista de acciones anteriormente citadas, y es que, como ya he dicho en numerosas ocasiones, para que unos puedan ganar, otros deben perder.
Tengan cuidado en el mercado y vigilen sus ahorros.