En algunos países es algo muy común tomarse un año sabático, no sólo entre los más jóvenes sino también entre personas con cierta. Yo no lo plantearía como una posibilidad sino como una necesidad; como una necesidad de empaparse de otras culturas, de otras metodologías, de otras formas de sacudir nuestros paradigmas, de obligarnos a desaprender, en definitiva, de conocer también la esencia de la vida y de tomar conciencia de qué es el Universo, cómo funciona y quiénes somos nosotros.
Hay una palabra clave para vivir: Conciencia; y la conciencia es un plano espiritual que te eleva por encima del material y te pemite comprender un poco mejor cómo y por qué ocurren las cosas. Consiste en elevarte a un nivel superior que te permite atar muchos cabos de la existencia. Por desgracia, el nivel de conciencia es la sociedad es muy bajo, por eso estamos tan insatisfechos; y es tan bajo porque tampoco interesa que la gente se eleve a ese plano porque entonces se correría el peligro de no poder dominar a la masa (de ello hablaremos próximamente en otro post).
El otro día Marta Romo (@martaromo) en su Homenaje a los blogueros le preguntaba cuál era el mayor aliado del hombre; y contestaba: "Creo que nuestra mente. Tenemos un potencial que todavía no conocemos". Así lo pienso yo también.
Todo esto lo cuento porque el otro día gracias a @alvarezdelinera descubría el siguiente vídeo (17 minutos) en el blog Atrévete a elegir. Era una conferencia de TED de Stefan Sagmeister que cada 7 años se toma un año sabático. Aquí van sus explicaciones de por qué lo hace y qué le aporta.