Cuántas veces hemos dicho “…voy a cambiar….”
Cuántas veces hemos oído decir “…voy a cambiar…”
Cuántas veces hemos pensado “….esto ha de cambiar…”
Y así podría seguir frases y frases; todos nos hemos visto en multitud de ocasiones envueltos en épocas de cambio, sientiendo una gran necesidad de cambiar.
Bien sean hábitos, bien sean actitudes; de una forma u otra; cambiar. Y quiénes de nosotros lo hemos conseguido? ¿Quiénes de todos nosotros hemos logrado ese cambio tan profundo y sustancial que decíamos anhelar….?
Siendo algo a lo que dedicamos tanto esfuerzo mental; tantas energias y nos consume tanto;¿ cómo es que tan pocas veces logramos alcanzar nuestro objetivo? Parecería lógico y fácil; si queremos con tantas ganas, con tanta vehemencia lograr ese cambio; lo lógico es que lo consiguiésemos sin esfuerzo alguno; ¿o no?.
Y nos ocurre todo lo contrario.
Cuando queremos y nos empeñamos en cambiar/cambiarnos; no cambiamos una conducta, un comportamiento inmediato de reciente creación; cuando sentimos la necesidad de cambiar, nos referimos a cambiar un hábito de comportamiento que ya lo hemos hecho nuestro, forma parte de nuestro ser; y si sentimos la necesidad del cambio; es porque ya no produce en nosotros; en nuestro hacer, los efectos que primariamente nos satisfacían.
Y ahí radica la base del cambio; y su extrema dificultad.
Todo cambio; precisa de un desaprendizaje y de un nuevo aprendizaje.
Imaginemos un cubo lleno de agua; en el que queremos introducir otro líquido diferente; incluso agua, pero agua fresca. ¿Hay posibilidad real de que metamos más líquido en ese cubo si ya está lleno? No. Primero habrá que derramar parte de su contenido para que el nuevo; tenga cabida. Pues con nuestros hábitos, nuestras conductas, que son lo que pretendemos cambiar; ocurre exáctamente igual. Nuestro deseo de cambiar algo; precisa de un aprendizaje; del previo; de analizar y entender la causa previa que nos lleva a sentir la necesidad del cambio; y a un aprendizaje posterior que nos permita introducir el nuevo cambio.
Y no olvidemos que lo que habitualmente decimos queremos cambiar; es el síntoma, no la causa; y así difcílmente lograremos vencer la resistencia al cambio.
Todo cambio es aprendizaje; hábito de pensamiento, que nos conduce a un tipo u otro de actuación.
Somos lo que pensamos; y lo que hagamos por y para aprender a pensar de forma enriquecedora, constructiva y positiva para con nosotros nos ayudará a gestionar nuestro cambio; desde la base.
Cambio es aprender
Autor Esteban J. Larreta