Estoy segura de que todos vosotros habéis idealizado alguna vez a tal personaje de tal serie de televisión. Quizá sea por su personalidad, porque es alto, listo, guapo, viste bien, por su increíble trabajo, o por su talento para hacer absolutamente todo lo que los guionistas le han pedido que haga. Me da igual, todos hemos adorado, incluso algunos idolatrado (me incluyo en este último grupo) a algún personaje. Pero seguro que nunca se os ha ocurrido pensar una cosa: qué probablemente sea un capullo.
Otro ejemplo es el genial Don Draper. Qué el tío engaña a su mujer casi compulsivamente y se gana la vida con slogans en los que ni siquiera cree. Pero, ¿cómo no nos iba a gustar alguien con esa elegancia, ese talento o simplemente, esa actitud?
Y a veces, no nos vemos en esta situación solo por un personaje, sino por un reparto entero. Como en Sons Of Anarchy, cuando nos ponemos de parte de un grupo de moteros que trafican con armas y matan a todo el que se interponga en su camino.
¿Qué me decís ahora? Vuestros personajes preferidos no son tan buenos como pensabais, ¿verdad? Las series son capaces de convencernos de muchas cosas, incluso de cambiar nuestros valores morales para poder ponernos de parte del protagonista.
Victoria.