¿Por qué podemos resistirnos a aceptar el multiverso cuántico?

Publicado el 18 septiembre 2012 por Jesuszamorabonilla

Seguimos con la serie de entradas a propósito de David Deutsch (ahora más bien sobre The fabric of reality) Debo reconocer que su argumento en defensa de la interpretación de los "muchos mundos" es sumamente razonable: puesto que los resultados de los experimentos (el de la doble rendija) muestran que el lugar en donde termina llegando un fotón está determinado, mediante las interferencias de la función de onda, por los otros caminos que el fotón puede tomar, de ahí se seguiría que estos otros "caminos" tienen una existencia real, es decir, no son meros fotones "virtuales", sino fotones tan reales como los que detectamos empíricamente. Estos fotones "paralelos" son, en términos de Deutsch, elementos imprescindibles en nuestra mejor explicación de por qué pasa lo que pasa en esos experimentos.
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Pero lo cierto es que al argumento le veo un par de fallos:
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1) No hay realmente una "explicación" de "por qué pasa lo que pasa", en el sentido de que la teoría no nos ofrece una explicación de la "relación causal" que existe entre las partículas de cada mundo: ¿cómo es que al, digamos, electrón que observamos sólo le afectan, de las partículas "paralelas", su presencia o no en determinado lugar de la función de onda a efectos de cálculo de la probabilidad de hallarlo en tal o cual sitio, pero no le afectan las otras propiedades físicas de esas partículas (su carga, su masa, su energía, etc.)? ¿Cuál es el sentido preciso en el que la función de onda supone una "descripción de cómo son las cosas", y no una mera herramienta de cálculo? Al fin y al cabo, ¿puede esta distinción ser formulada y entendida si la aplicamos con la mayor generalidad posible? Esto me llevaría a lo que quiero tratar en otras entradas, pero, por resumir, mi duda es si lo que entiende Deutsch por "explicación" ("una descripción de cómo son las cosas en el fondo") no se reduce al mero acto de expresar una mera fórmula que, precisamente, nos dé una "mera" descripción y no un "por qué", sólo que una "mera" descripción de lo que pasa "en el fondo" (que, por otro lado, no es EL fondo, sino hasta donde hemos podido llegar como máximo). Vaya, que cuando estamos "en el fondo" no podemos expresar la diferencia entre lo que es "una explicación realista" y lo que es "una mera herramienta para la generación de enunciados meramente descriptivos".
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2) El recurso a entidades explicativas "inobservadas", que al final, tras muchos intentos de observarlas, se han terminado considerando "indetectables", pero que luego han sido puestas en evidencia como supuestos inútiles gracias a teorías nuevas, es demasiado frecuente en la historia de la ciencia como para no sospechar cada vez que se hace referencia a ese tipo de entidades. Newton y sus contemporáneos sospecharon por razones metafísicas y epistemológicas que la "fuerza de la gravedad" podía ser un timo (hypotheses non fingo), aunque acabaron aceptándola "porque era un elemento esencial de la mejor -¿única posible, según ellos?- explicación de los hechos conocidos"... hasta que llegó Einstein y con un plumazo se deshizo de la necesidad de aquella hipótesis. Algo similar ocurrió con el éter electromagnético: era "obvio" que, si la luz era una onda, tenía que ser una onda "de algo", hasta que el mismo Einstein propuso una teoría según la cual no hacía falta que los fotones fueran ondas "de nada" para tener propiedades ondulatorias. Así que sospecho que con los "muchos mundos" puede terminar ocurriendo lo mismo: tal como está ahora la teoría cuántica, parece difícil rechazar que los "caminos posibles de una partícula" ejercen alguna influencia causal en el camino efectivamente observado, y por lo tanto, deben ser "reales" en algún sentido... pero es posible que futuras teorías obtengan los mismos resultados sin la necesidad de "fingir esa hipótesis".
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