26 de junio de 2011. Matías Almeyda, Juan Pablo Carrizo, Erik Lamela y compañía empatan con Belgrano en el partido de vuelta de la promoción y River desciende a la “B” Nacional.
Que cambiante que es la vida del “Millonario”. En la década del ’90, el mejor equipo de Argentina, con jugadores descollantes, una cantera envidiable e incluso, aportándole mucho de eso al seleccionado. Bicampeón entre el final y el comienzo de siglo. Una primer parte de éste, donde se hilvanó consecutivamente tres torneos Clausura (2002, 2003 y 2004).
Pero a partir de 2005, el club, institucionalmente, empezó a cambiar o mejor dicho, la falta de títulos dejó en claro el mecanismo directivo del señor José María Aguilar: venta temprana de algunos jugadores, compra de otros no capacitados, relación directa con barras, quienes cuando no se hacía lo que querían, ocasionaban disturbios. Por ejemplo, en el playón y luego en los quinchos. El club empezó a caer más y más, la plata empezó a faltar, aparecieron deudas, negocios particulares con porcentajes de jugadores. Así el ex Presidente de River y su amigo Mario Israel comenzaron a destruir a esta prestigiosa institución. Ni el campeonato de 2008 con Diego Simeone empañó el momento. De hecho, en el torneo siguiente, el equipo terminó último.
¿Acaso esa no fue una señal para tener en cuenta?. ¿No fue ese el mayor ejemplo posible para comprender lo mal que se estaban haciendo las cosas? Naturalmente a Aguilar poco le importó y sabiendo el odio de la gente para con él, apenas se encargó de incrementar su cuenta bancaria.
Eso fue lo que le dejó a Daniel Passarella en 2010: un club devastado. De cualquier manera, el “Kaiser”, muy activo en época electoral, no supo tal vez como levantar al gigante dormido. El fideicomiso para reunir fondos todavía no apareció, menos aún la auditoría (los detalles de económicos de la era Aguilar) y la vuelta de los jugadores grandes identificados con la institución. A partir de estas falsas promesas, y también algo de desestimación en referencia al momento del equipo con el promedio, Passarella es responsable del descenso de River. Seguramente en menor medida que su antecesor pero responsable al fin.
¿Y ahora qué?. Los rumores vuelan en los medios deportivos más importantes del país. Se habla de la continuidad del Presidente, del posible alejamiento de algunos hombres de la comisión directiva (varios de los que la integran también estuvieron con Aguilar), de los jugadores que seguirán, es decir, del plantel con el que River encarará la próxima temporada, con el que naturalmente intentará volver a la primera división. Temas que todavía son dudas y nada de certezas.
Por último, hace unos días, Daniel Passarella había asegurado que sin importar el resultado de hoy, durante la próxima semana daría una conferencia de prensa donde se tocarán los temas “que preocupan a los socios”, según sus declaraciones. Probablemente, al igual que la última, sea sin lugar a preguntas.