Aunque fue Charles Cretor, el responsable de inventar la primera máquina de hacer palomitas en 1885 y el consumo de éstas va unido paralelamente casi con los inicios del cine en la primera década del siglo XX; no será hasta finales de los felices veinte y principios de los treinta cundo se produzca su éxito definitivo.
En su contra un elevado poder calórico (hasta 1600 calorías en aquellas elaboradas con mantequilla y en formato medio-grande) que sumado al de su inseparable refresco de sabores (cerca de 300 calorías) ha generado el debate sobre lo saludable de este hábito de manera continuada. Por ello, se propone ofrecer como alternativa otros productos más saludables tales como yogures, frutas u aperitivos light, sin embargo y en contra de consejos federales parece ser un ritual alejado de la extinción.