¿Por qué se produce una erupción volcánica?

Publicado el 11 mayo 2018 por Carlosgu82

Estos días recibimos en las noticias información sobre la erupción del volcán Kilauea en Hawái. Esto es un proceso natural debido a que estas islas americanas se formaron a partir de un punto caliente en el océano Pacífico. Los puntos calientes se caracterizan por que a medida que la placa tectónica se va desplazando se van creando islas en fila constantemente pudiendo datarlas de manera que la que se encuentra más alejada del punto caliente es más antigua su formación que el resto de sus “hermanas”. Un ejemplo de islas formadas por un punto caliente en España son las Islas Canarias.

Los volcanes activos como el Kilauea pueden entrar en erupción en cualquier momento sin posibilidad de poder predecirlo, salvo cuando queda un estrecho margen para que entre en erupción ya que los estudios sismográficos nos indicaría la inestabilidad en la que se encuentra el volcán.

Los volcanes se dividen en varias partes de manera esquemática y para iniciar la erupción podríamos decir que fundamentalmente viene producida por una elevación de presiones en la cámara magmática producida por los gases que desprende el magma. Cabe destacar que el maga es la roca fundida que encontramos dentro del volcán y la lava es una vez que se encuentra en el exterior.

Hay varios tipos de erupciones: las erupciones puntuales, que son las primeras en las que se piensa ya que son las que el volcán expulsa la lava por su cráter siguiendo la chimenea, y las erupciones lineales, que son las que surgen de grietas en el terreno.

La virulencia de las erupciones viene determinada por el tipo de composición de la lava, en el caso del Kilauea es una erupción de tipo Hawaiano, son lavas fluidas que se van desplazando lentamente rebosando el cráter o saliendo a través de las grietas, las cuales se pudieron ver en los medios de comunicación, y no tienen liberaciones explosivas de gas. Este tipo de erupciones son completamente distintas a otras como por ejemplo la vesubiana que arrasó Pompeya y Herculano con la erupción del Vesubio en 79 a.C. En este tipo de erupciones el gas de la cámara magmática alcanza muy altas presiones produciendo una erupción violenta con la emisión de gases tóxicos y  formando nubes fungiformes que al enfriarse desencadenan una lluvia de ceniza, pudiendo hacer desaparecer poblaciones enteras. Estas son solo dos ejemplos de erupciones entre los diferentes tipos que hay.

La fuerza de la naturaleza es sorprendente y en ciertas ocasiones vemos que poco podemos hacer ante situaciones como esta, en las que solo podemos esperar y ver lo que sucede mientras nos ponemos a salvo.