Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.
Llevo más de nueve meses escribiendo sobre productividad y apenas me estoy dando cuenta de que nunca le he dedicado un artículo a esta importante pregunta. Me siento un poco culpable por ello. Inconscientemente siempre he asumido todos estáis familiarizados con la respuesta, pero la realidad es que cada mes se suman nuevos lectores que se siguen sorprendiendo de los asuntos que trato en El Gachupas en relación a la productividad personal.
Creo que la razón principal es que la respuesta a por qué debemos ser productivos no necesariamente resulta obvia para todo el mundo. Para muchos neófitos las palabras “productividad personal” se traducen en términos de calidad, producción, eficiencia, costos y, en general, cosas relacionados con la productividad empresarial. Sin embargo, la productividad personal no tiene nada que ver con hacer muchas cosas en poco tiempo. Es un concepto mucho más sutil que todo eso.
Entonces, ¿por qué quiero ser productivo? O mejor dicho, ¿por qué todo el mundo debería querer ser productivo? Bueno, podría escribir todo un tratado sobre el asunto, pero acabo de leer un artículo de David R. Jordán sobre GTD para funcionarios que lo resume mucho mejor de lo que yo podría hacerlo. David ofrece una lista de razones cuando explica por qué le hubiera gustado conocer GTD mucho antes:
- Porque no llevaría en la cabeza todas las cosas que tengo pendientes.
- Porque no tendría la sensación de que no tengo tiempo pa’ná.
- Porque no me limitaría sólo a hacer el trabajo conforme llega.
- Porque sabría qué tareas me convendría “mimar” más y cuáles simplemente tendría que hacerlas (sin perder mucho tiempo en ellas).
- Porque sabría aprovechar los “tiempo muertos”.
- Porque conseguiría ir avanzando en mis proyectos personales y familiares, de la misma forma que en los profesionales, en planos de igualdad.
- Porque no volvería a olvidar una buena idea y potenciaría mi creatividad.
- Y porque noto que aún me faltan muchos otros porqués por descubrir.
Todos estos “porqués” pueden resumirse en una sola idea: deberíamos ser productivos por una simple cuestión de eficiencia, es decir, para dedicar el menor tiempo posible a las cosas que no son importantes, y más tiempo a las cosas que sí lo son. ¿Y cuáles son esas cosas importantes? Bueno, las cosas que te apasionan, las que disfrutas más hacer, las que te permiten cumplir con tu plan de vida y tu misión personal.