¿Por qué somos pesimistas?

Publicado el 17 diciembre 2016 por Carlosgu82

Racionalizar las cosas y dirigirlas hacia donde queremos es caer en la trampa del pesimismo. Todo a cambio de no arriesgarnos. ¿Por qué actuamos de esta manera?

“Vivimos en el peor de los mundos posibles, un mundo donde el dolor es perpetuo y nuestro destino es tratar de obtener lo que nunca tendremos”.

-Schopenhauer.

“El pesimismo nunca ganó una batalla”.

Dwight Eisenhower.

Según la Real Academia Española (RAE), el pesimismo es la “propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más desfavorable”. Es lo contrario al optimismo, donde se intentan ver los aspectos favorables de una situación.

La raíz del pesimismo es el miedo traducido a:

  • Inseguridad

Preferimos no arriesgar, aunque ello implique no ganar. Nuestra inseguridad nos domina. Por ejemplo, cuando queremos hacer algo, comenzamos con el pesimismo para no hacerlo debido a nuestra falta de confianza en nosotros mismos. Algunas veces podemos enmascarar nuestra falta de confianza culpando a las circunstancias: “No lo haré porque hay mucha gente” o “lo haría de no ser por esa persona que me cae mal”.

  • Baja autoestima

Muy parecida a la inseguridad, nuestra baja autoestima nos anula como personas. No creemos estar a la altura de las circunstancias, así que cuando se presenta algo, como hablar en público, comenzamos con el pesimismo. Decimos cosas como “me va a salir mal” o “se van a burlar de mí”. Todas son meras excusas para evitar enfrentar nuestros miedos.

  • Desconfianza hacia los demás

Quizá algunas personas han abusado de tu confianza y por eso generalizas que todos intentarán sacar provecho de ti. Esta desconfianza hacia los demás se convierte en pesimismo: “seguro me invitó a salir para pedirme un favor” o “él es muy amable conmigo, seguro y quiere algo”.

Ser pesimista es la salida de emergencia que utilizamos para evitar situaciones que nos dan miedo. Es un escudo, una barrera.

La próxima vez que nos pillemos siendo pesimistas, busquemos el motivo. Intentemos cambiar nuestra percepción hacia el mundo.

Con seguridad y confianza en nosotros mismos, el optimismo llegará.