¿Por qué votaré por Ollanta Humala?

Por Zegmed

Este es un post que, debo decir, nunca pensé escribir; sin embargo, las circunstancias así lo demandan. Lo demandan circunstancias de orden general, pero otras de carácter más personal; de hecho, fueron estas últimas las primeras que motivaron este artículo. Mi hermana, hace más o menos una semana me dijo lo siguiente: “oye, le he contado a la gente de mi trabajo (una empresa importante) que vas a votar por Humala y dicen que estás loco … a ver dame algunas razones para decirles por qué vas a hacer eso”. El pedido llamó mi atención (no es que mi hermana suela estar muy interesada por la política…o por lo que yo pienso, jaja) y me lo tomé bastante en serio, aunque una semana muy ocupada me impidió escribir hasta hoy (aunque sí escribí una suerte de texto preliminar que se enmarca en lo que ahora presento). Me dispongo a eso ahora.

Quisiera establecer algunas cuestiones previas. En primer lugar, que quede claro que yo no voté por Humala ni en el 2006 ni en la primera vuelta de estas elecciones. Voté por Alejandro Toledo, con total convicción y con absoluta consciencia de sus falencias y estoy aún muy seguro de que hubiese sido un muy buen presidente. Entonces, se sigue de esto que yo no soy un entusiasta por el voto humalista, pero soy una persona que, modestamente, sabe algo de política y sabe, sobre todo, que en política hay que tomar ciertas decisiones, a veces complicadas, cuando el contexto así lo exije. La segunda vuelta, por la decisión de la mayoría de nuestros compatriotas, nos puso frente a una compleja decisión, optar entre Humala y Fujimori…yo he tomado una decisión, votaré por Ollanta Humala.

Quiero introducir ahora otra cuestión preliminar. En sus famosas Investigaciones lógicas, el filósofo alemán Edmund Husserl, hace cerca de 100 años, hizo, probablemente, la más severa e irrebatible crítica al escepticismo, la misma que, sintéticamente, sostiene lo siguiente: que si mantenemos un escepticismo radical es imposible hablar de conocimiento; si uno decide poner en duda todas y cada una de nuestras aserciones, entonces jamás se podría sostener nada y tendríamos que renunciar a la posibilidad de conocer cosa alguna con certeza mínima. Haciendo una variante de este complejo argumento desarrollado por Husserl, quisiera aplicarlo a nuestras elecciones: si uno opta por un escepticismo radical, las cosas que aquí voy a sostener no tendrán ningún sentido; sin embargo, con Husserl, defiendo que tal escepticismo no solo es inadecuado, sino irracional. Por ende, quiero defender que si bien debemos siempre mantener la sospecha sobre los candidatos, no creerles absolutamente nada (en un balance racional del contexto y esto es determinante) es un absurdo que imposibilita cualquier decisión inteligente. Dichas estas dos cosas, paso al núcleo de mi posición.

Quien crea que OH es el mismo del 2006, lo hace por ese miedo que nos vuelve necios o por genuina mala intención (sin contar la exagerada desinformación con la que nos engalanan los medios y ante la cual más de uno se mantiene acrítico). OH ha moderado su posición radical de hace 5 años. No ahora para las elecciones, sino ya hace algún tiempo. Aún así, a mi juicio, su moderación no era suficiente como para votar por él en primera vuelta en esta oportunidad. Persistían algunos problemas respecto del manejo económico y de sus credenciales democráticas, básicamente derivados de su “concepto político de nacionalización”, de una ambigua posición frente al rol de los medios de comunicación y de una postura algo más combativa de lo necesario con la inversión privada.

Hay que decir, no obstante, que buena parte de estos problemas fueron agrandados por la prensa que sembrando temores aprovechando la ignorancia de la gente (y esto vale para decenas de amigos míos que nunca leyeron el plan, pero lo criticaban como si lo hubiesen estudiado con detalle) crearon más fantasmas de los reales, pues cada vez que escuché a los voceros del humalismo explicar los puntos en cuestión fueron bastante claros: los cambios hay que hacerlos, pero dentro de los cauces del Estado de derecho. Lo que sí no puede dudarse, aunque las intenciones puedan ser legítimas, es que hubo varios fraseos poco felices en el texto original, los mismos que permitían imputarle al nacionalismo intenciones poco democráticas o deseos de cambiar la política económica de un modo cuyas consecuencias podrían ser devastadoras.

Bueno, esa situación ha cambiado. Humala firmó su Compromiso con el pueblo peruano, hace algunas semanas, hace unos días el documento Lineamientos centrales de política económica y social para un gobierno de concertación nacional y tan solo ayer, con veto de Canal N incluido, OH juramentó por la democracia, con el aval de personalidades de intachable trayectoria profesional, democrática y moral, Mario Vargas Llosa incluido. Si estos no son cambios significativos, así como gestos políticos determinantes, no entiendo bien en qué país estamos. Evidentemente, las dudas pueden y deben permanecer sobre OH (la mirada atenta y sospechosa del ciudadano es la garantía de la democracia), pero me pregunto, ¿qué ha hecho Keiko Fujimori para disipar la EVIDENCIA que pesa sobre sus hombros? Yo les digo: nada. ¿Qué capacidad de convocatoria tiene KF? Yo les respondo: ninguna. ¿O acaso han visto ustedes a alguna personalidad conocida por su decencia y trayectoria sumarse al fujimorismo? Lo reto, lector, dígame un nombre. ¿Qué me dice, que qué importan los nombres, la decencia y la trayectoria? Seguro debo haber escuchado mal, ¡quién haría esa pregunta!

Ahora bien, es importante recalcar, en este contexto, el tema de las dudas, pero afianzar, a su vez, la recusa al escepticismo. Lo que conviene es un balance racional de los eventos. OH nunca fue mi candidato, como dije y, en general, soy de los que mantiene siempre la posición de que en política siempre se miente un poco (o mucho) y que por lo mismo el ciudadano no debe entregar la confianza de modo acrítico; sin embargo, sí creo que el elector debe otorgar el voto después de hacer un balance inteligente de las condiciones actuales, las mismas que me llevan a concluir que Humala no será un Hugo Chávez ni política ni económicamente. No lo digo solo por los pactos firmados que, contra lo que quieren sostener muchos periodistas cuya inteligencia y dignidad conforma un conjunto vacío, sí son altamente relevantes; sino por una serie de condiciones diferentes que son fundamentales:

1) OH ha convocado en torno a sí a un equipo de profesionales de tinte político diverso (incluso de centro derecha) los cuales han sido determinantes en la conformación del documento Lineamientos, citado arriba. Esta no es cosa de poca monta, puesto que significa que OH ha incorporado de modo orgánico a gente que no estaba consigo al inicio y que ha permitido que esa gente meta mano en su Plan de Gobierno para ajustarlo con el fin de hacer políticas más concertadoras. Para mí ese es un gesto político dignísimo y dice muy bien de un futuro presidente, abierto a la crítica y dispuesto a cambiar cuando el país lo requiere. Quien quiera ver aquí negociados bajo la mesa, componendas y demás, ok, es su derecho, pero me parece que le faltarían argumentos y que lo que primaría sería su miedo ciego.

2) OH no tiene tras de sí a un movimiento popular masivo, como sucedió en Bolivia, Ecuador y de algún modo en Venezuela. Esto también es muy importante, porque al no tener respaldo masivo, sino una alta resistencia, su capacidad de maniobra es menor, por lo que todos los temores que tienen los empresarios (y los que se asustan como empresarios, como si pudiesen perder millones) son bastante hiperbólicos. Más claro, señores, el comandante aunque quisiera, no puede hacer ninguna brabuconada económica o política: sin respaldo congresal ni social, no aguantaría un año en el gobierno.

3) OH tiene a toda la prensa en su contra, excepto por La Primera y La República (cuyo porcentaje de lectores no llega al 1% nacional, porsiaca) y por los periodistas con dignidad de este país (que deben representar también el mismo porcentaje). Esto también es fundamental: con la prensa en contra no hay mucho que se pueda hacer, porque si todos te están buscando, o incluso sembrado canallamente, un rabo de paja, nuevamente, el margen de maniobra se reduce casi a cero. Humala, por más que quiera, otra vez, se vería maniatado.

¿Por qué tanto temor, entonces? Mi tesis es que esto se da por falta de análisis, por excesivo temor y por culpa de una prensa asquerosa que ha terminado, incluso, por convertir a Canal N, emblema de la democracia en la época de la dictadura, en un cómplice más de los miserables Mariátegui, Delta, Lúcar y cía. Hay que tener cuidado, estimado lector, porque se juega fácil con la conciencia de la persona desinformada. Si usted no tiene un espíritu crítico, pronto lo van a embaucar con temores que quizá ni siquiera eran suyos. ¿No se ha puesto a pensar, estimado amigo, qué relevancia tiene que Mario Vargas Llosa y una serie de personalidades, Gastón Acurio incluido, vayan a votar por Humala? ¿Se atreverá usted a decir, como tanto miserable, que Vargas Llosa solo lo hace por su odio a Fujimori? ¿Tan mediocre es su análisis, tan cerrada se ha vuelto su inteligencia, tan opaco su corazón? ¿Qué dirá ahora de Gastón? ¿Se va a poner a insultar a ese gordito bonachón que antes le daba tanta alegría? Piense un momento, lector. Respire. ¿En verdad ese es usted? ¿No será el miedo que le han metido en la sangre como un virus letal que termina por llenarlo de odio y de violencia incluso por la gente que antes admiraba?

Vote con dignidad, amigo lector, vote con coraje. Vote con el corazón y con la cabeza, pero no vote por miedos infundados. No es justo para el país, no es justo para usted ni para lo que le contará que hizo a sus hijos. Keiko Fujimori es una amenaza. KF no se ha arrepentido genuinamente por todo lo hecho por su padre, lo siente más bien cercano, es su referente y su guía. Recuerde usted que ella abandonó a su madre torturada por orden de Fujimori padre, sí a su propia madre. ¿Por esa mujer quiere votar? ¿Por una mujer que por poder y por quedar bien con su padre dejó que le hicieran eso a su madre? Recuerde, lector, que KF lleva consigo a Martha Chávez, que negaba los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos con repugnantes explicaciones y que hace solo semanas amenazó al Presidente del Poder Judicial; a Rafael Rey, que hace no mucho, siendo ministro de Estado, promovió una ley de impunidad para liberar violadores de DDHH; y, en general, a buena parte de la cúpula del antiguo fujimorismo que robó y dejó robar, que si no mató, dejó matar.

A usted, querido lector, además, le deben haber vendido la idea de que con que KF habrá mayor seguridad jurídica y mayor libertad económica, ¿verdad? Quizá usted era muy joven –lo era yo– o quizá muy poco atento a lo que pasaba –no lo era yo–, pero ¿no recuerda que en el antiguo fujimorismo los negocios se hacían en la sala del SIN?, ¿que el Poder Judicial definía sus sentencias en el mismo lugar? ¿Es eso para usted la seguridad jurídica y económica? ¿Prefiere pactar con la corrupción en vez de ser parte de un gobierno democrático que busque un poco más de justicia social? ¿En verdad ese es usted o es su miedo que lo nubla?

Querido lector, nuevamente, respire profundo, piense con calma. ¿Quiere usted otro fujimorismo o es solo su temor el que lo conduce? Piense bien, porque OH ya dejó de ser un salto al vacío. Ha dado muestras numerosas de cambio y hay, como indiqué, candados que los restringen. Por un lado o por el otro, OH ya no representa, en la realidad, lo que antes pudo representar. ¿Va a dejar, entonces, que los fantasmas que no están en realidad, sino en su cabeza le entreguen el país a la mafia fujimorista? Tengo la profunda esperanza de que no será así. Si estas líneas han contribuido para ello, mi corazón volverá a llenarse de esperanza.

*Bonus track: entrevista de Rosa María Palacios a Álvaro Vargas Llosa, posiblemente la versión más elocuente que he visto de las razones por las cuales vale la pena votar por OH.

*Imagen tomada de:

http://www.tribunalatina.com/es/notices/humala_y_fujimori_los_candidatos_mas_votados_para_la_segunda_vuelta_30911.php