Hoy me he visto el primer capítulo de ‘Ángel o Demonio’, serie en la que como ya os dije, tenía bastantes esperanzas. Y como ya he dicho en mi Twitter, voy a seguir viendola. ¿Por qué?. Pues por las siguientes razones:
La protagonista. Me ha gustado desde el primer momento. Dulce pero a la vez dura. Encima es guapa y con un toque graciosete. Es de estas protagonistas que te pueden enamorar, y eso siempre es un gran plus a la hora de ver una serie.
No es la típica serie española. Por fin un argumento distinto, alejado de las comedias familiares y de los dramas de instituto. Vale que la serie tiene muchos personajes adolescentes, y muchas tramas ocurren en el instituto, pero se ve que no es el típico drama de instituto, si no un procedimental sobrenatural.
No tiene a la típica abuela o a la típica niña pequeña, estrategia de las series españolas parar dirigir el target de la serie a el mayor público posible. La serie va dirigida a un público específico, joven (pero tampoco muy joven) y adulto (pero tampoco no muy adulto). Aunque he mentido, si que tiene una niña pequeña, y es odiosa como la de ‘El Internado’, pero de una manera distinta.
Está bien hecha. Se nota que desde Plural han hecho un buen trabajo. Han preferido pocos efectos, pero bien hechos, ha muchos efectos malos. Aunque algún croma que otro si que se ha notado mucho (y mira que yo no me suelo fijar en esas cosas).
Ese toque sexual que tiene la serie. Escenas cargadas de tensión sexual, sobre todo por parte de una de las malas. Genial.
Lo malo, lo de siempre: 75 minutos de serie me parece algo exagerado. Son casi lo que duran dos dramas norteamericanos, o cuatro comedias. Es mucho tiempo, y si, tengo mucha obsesión con este tema. Aún así, me la quedo (por ahora).