Las moscas no tienen muy buena fama entre la gente: son pesadas, tienen hábitos no demasiado higiénicos y algunas de ellas nos pican y nos producen ronchas y dolores. Pero de lo que no hay duda es que cuando las vemos de cerca y nos fijamos en ellas comprobamos que son insectos muy llamativos, con unos colores y brillos espectaculares y con unos hábitos y comportamientos que aunque en ocasiones nos puedan parecer desagradables son de una importancia crucial para el funcionamiento del ecosistema en general.
Uno de los rasgos distintivos de todas las moscas es que al contrario de lo que ocurre con la mayoría de los insectos, tienen sólo un par de alas desarrolladas, mientras que el par de alas posterior se ha reducido y atrofiado formando un pequeño par de apéndices que reciben el nombre de halterios, que funcionan como balancines para estabilizar el vuelo. Esta característica es la que da el nombre científico a la familia de las moscas (Dípteros = dos alas).
Además de la enorme variabilidad en coloración y costumbres, las moscas son muy variables en tamaño. Las hay desde enormes moscones de varios centímetros, a pequeñas moscas de pocos milímetros.
Asimismo, al igual que ocurre con otros muchos animales, entre las moscas también hay maestros de la imitación, que adoptan la forma y la coloración de otros insectos "peligrosos" para atemorizar a sus depredadores potenciales. Una de las imitaciones mas recurrentes es la de la abeja o la avispa. Entre las moscas hay varias especies que imitan casi a la perfección a estos insectos y en algunos casos, sólo si nos fijamos en la forma y el tamaño de sus ojos nos daremos cuenta del engaño.
Pero no todas las moscas son inofensivas, algunas de ellas son las responsables de unos de los aguijonazos mas dolorosos y molestos. Entre estas destacan los tábanos y los mosquitos, que como todos sabemos se alimentan de sangre. Para ello pinchan sus mandíbulas transformadas en nuestra piel y posteriormente inyectan una sustancia anticoagulante que impide que la sangre se reseque mientras la succionan. Curiosamente, entre los mosquitos adultos sólo las hembras se alimentan de sangre ya que necesitan un aporte extra de proteínas para producir sus huevos. Los machos, en cambio son mas frugales y revolotean entre las flores comiendo nectar y polen.
Pero entre las moscas, las mas conocidas son las que se encargan del trabajo sucio, que básicamente consiste en reciclar los desperdicios. Muchas de ellas ponen sus huevos sobre los excrementos frescos, que eclosionarán dando lugar a larvas que se alimentarán de ellos. De esta forma en pocos días esos excrementos quedarán completamente reciclados y pasarán a formar parte de nuevo de la cadena trófica.
Y por supuesto, entre estos basureros y descomponedores, hay moscas que se encargan de hacer desaparecer los cadáveres. La mayoría de la gente piensa que los gusanos son los que hacen ese trabajo, pero en realidad esos pequeños "gusanitos" blancos, que aparecen por millones sobre los cadáveres putrefactos son larvas de moscas. Poco después de que se haya producido la muerte de un animal, las moscas se posarán sobre sus restos y pondrán sus huevos que en pocas horas eclosionaran. Las larvas recien nacidas son auténticas máquinas de comer y en pocos días consumirán el cadaver. Posteriormente esas larvas metamorfosearán transformándose en moscas adultas.
Es evidente que hasta los insectos mas molestos son imprescindibles, solo haría falta imaginarse que desaparecieran todas las moscas para darse cuenta que que en pocos días el mundo sería un auténtico estercolero y una fosa común de dimensiones gigantescas.