Por si se va la luz - Lara Moreno

Publicado el 16 septiembre 2013 por Rusta @RustaDevoradora

Edición: Lumen, 2013 Páginas: 328 ISBN: 9788426422354 Precio: 17,90 € (e-book: 10,99 €)
Hemos traído cincuenta libros, todos por leer. Apenas un cuarto de la ropa que teníamos, contando en ese cuarto la de invierno, verano y entretiempo. Los únicos fármacos que nos acompañan son los parches anticonceptivos de Nadia, tenemos para seis meses. Luego no habrá más. (Pág. 11).

Hace una semana os hablé de Mi vida querida, el último libro de Alice Munro, una autora ya octogenaria que puede presumir de ser una de las grandes de la literatura de nuestros tiempos. Hoy, en cambio, me centro en una obra que se encuentra en la situación opuesta: la primera novela de una prometedora escritora que está en esa fase en la que aún no se es pero se espera ser, y se dispone de toda la energía y el talento necesarios para lograrlo. Lara Moreno (Sevilla, 1978), licenciada en Periodismo y con un Máster en Edición, ya había dado sus primeros pasos con la publicación de dos libros de relatos y dos poemarios, además de participar en diversas antologías. En la actualidad trabaja como editora autónoma e imparte talleres de escritura en Madrid. Por si se va la luz nos propone un viaje, pero no un viaje cualquiera: Nadia y Martín se marchan a un pueblo recóndito y casi abandonado para escapar de lo que ha devenido la sociedad, del capitalismo, del consumismo, de un sistema en crisis que les resulta ajeno. Se llevan muy pocos objetos; su deseo es regresar al origen, a la experiencia rural e instintiva en la que las necesidades artificiales están de más. En esta localidad encuentran a tres habitantes, tres personas que tiempo atrás tomaron la misma decisión que ellos. La adaptación de Nadia y Martín a este estilo de vida y las relaciones que entablan con los demás en este contexto tan diferente del mundo urbano son las protagonistas de una intensa novela coral que no debería pasar desapercibida en el panorama de la nueva narrativa en castellano. Puedo describir la lectura de Por si se va la luz como una experiencia perturbadora, y no porque altere el ánimo con trucos previsibles, sino precisamente por su capacidad para sorprender, por su garra y su atrevimiento. Lara Moreno escribe con una voz poética que habla de lo sórdido, de las sombras del ser humano, de la soledad voluntaria, de las dificultades para relacionarse con los otros y de las propias complicaciones entre la pareja protagonista; la vida en una situación extrema, en definitiva. La recreación de diversos puntos de vista permite conocer bien a todos los personajes, porque, más que una novela de crítica social, Por si se va la luz es ante todo una obra intimista sobre la complejidad de las personas en un entorno libre de artificios. Los concursantes de los reality-shows suelen decir que lo más duro no es el aislamiento ni la renuncia a muchas comodidades, sino la convivencia, y que durante la estancia aprenden a conocerse mejor a sí mismos. En cierto modo, la propuesta de Lara Moreno transmite el mismo mensaje: se centra en la evolución interior de los personajes (sus miedos, sus dudas, sus pequeños grandes cambios) y en el hecho de estar obligados a entenderse (porque, pese a sus diferencias, se necesitan). Por otro lado, aunque la intención esté más puesta en las reflexiones vitales que en la crítica social, resulta imposible pasar por alto el planteamiento de la huida de la civilización, un punto de partida que me fascinó de inmediato y que de algún modo aporta algo propio de nuestro tiempo —no la podrán acusar de ser la enésima novela sobre la guerra civil o la posguerra—. Este año también se ha publicado Intemperie, de Jesús Carrasco, novela con la que comparte la elección de un ambiente rural. No puedo evitar preguntarme qué papel jugarán estas y otras obras en el futuro, cuando se eche la vista atrás y se compruebe que, de forma más o menos explícita, los escritores que han conocido la sociedad capitalista plenamente desarrollada proponen un retorno a lo primario que sin duda invita a tomar conciencia de los problemas del sistema. Además, me ha parecido bastante interesante el papel que juegan los libros, el primer objeto que se nombra en la novela y una de las pocas cosas a las que Nadia y Martín no renuncian. Me gusta la elección de la literatura (en concreto, el libro físico) como elemento que perdura, que quieren que siga cerca de ellos incluso en unas condiciones tan distintas; no deja de ser un detalle curioso en pleno debate sobre el libro digital. Todas estas ideas, estos pensamientos, me los ha provocado la lectura de Por si se va la luz. Sin ser una novela «para pensar», hace pensar, del mismo modo que sin ser sentimentalista está llena de sentimientos. Es pura literatura, de la penetra en lector, con buenos personajes y un trasfondo complejo, de aires clásicos y a la vez novedosos. En algunas reseñas comentan que han tenido que leerla muy despacio —y lo entiendo porque desde luego no se trata de la típica lectura fácil—, pero a mí me ha ocurrido lo contrario: la he leído rápido porque me atrapó desde las primeras líneas, me imbuí de sus sensaciones de extrañeza, quise saber más y más, sin parar, cada capítulo era una nueva muestra de titubeos y tensión, una atmósfera que se me adhirió a la piel hasta el final. Quizá esto es lo mejor de todo, que Lara Moreno tiene su propia voz, una voz muy sugestiva y nada complaciente.

Lara Moreno.

En estos momentos me imagino a la autora ante la expectativa de que algo suceda, de que se produzca aquello que un escritor espera con su primer gran lanzamiento. Puede tener la satisfacción de haber escrito un buen libro, el orgullo de que una editorial importante haya apostado por ella y la tranquilidad de que los libreros hayan respondido bien —la han nombrado Nuevo Talento Fnac y en la faja se citan las palabras entusiastas de diversos libreros—; no obstante, aún falta una parte significativa para que se complete el círculo: la reacción de los lectores. Un gran escritor lo es por sí mismo y por su público, por la gente que disfruta con lo que escribe. Ahora podría decir que leáis esta novela para apoyar a Lara Moreno, para apoyar a una voz joven de la narrativa española; pero no me gusta hablar de literatura en términos de «apoyo», porque nadie compra un libro pensando en ayudar, sino en busca de placer, del placer de disfrutar de una lectura que impresiona, sorprende, cautiva, estremece. Por eso, prefiero animaros a descubrir Por si se va la luz porque en sus páginas vais a encontrar todo lo que se espera de un buen libro. Podéis empezar a leerlo aquí. Ojalá sea el comienzo de una gran carrera.