La novela nos trae una historia sobre unas mujeres desaparecidas en extrañas circunstancias que tienen en común haber recibido un anillo con la inscripción "Por siempre mía" grabado en el interior. La psicóloga Susan Chandler entrevista en su programa de radio al autor de un libro sobre mujeres desaparecidas, y, a partir de entonces, una serie de cabos sueltos van perfilando una terrible sospecha: ¿se trata de un asesino en serie? Sin embargo, la doctora Susan ignora que el psicópata se encuentra mucho más cerca de lo que cree y que no está dispuesto a permitir que nadie estropee sus macabros designios...
En definitiva se trata de una novela de intriga y suspense al estilo clásico que no defrauda, y cien por cien recomendable.
FRAGMENTO DEL LIBRO:
Ya había jugado otras veces al mismo juego y pensaba que la espera resultaría aburrida. Pero se llevó la agradable sorpresa de comprobar que era de lo más emocionante.
Había subido a bordo el día anterior, en Perth, Australia, y pensaba navegar hasta Kobe; pero como la había descubierto enseguida, no serían necesarios tantos puertos. La vio sentada a una mesa junto al ventanal, en el comedor acristalado del transatlántico, un espacio discreto y elegante, típico del Grabielle. El crucero de lujo tenía el tamaño perfecto para sus propósitos; de hecho, siempre viajaba en barcos pequeños y escogía una parte conveniente del recorrido.
Mientras examinaba a Regina Clausen pensó que no le iría mal aprender a maquillarse. Era una de esas cuarentonas que, de saber vestirse y presentarse, suelen ser bastante atractivas. Llevaba un traje de noche azul claro, muy caro, que le habría quedado estupendamente a una rubia, pero a ella, con ese cutis tan claro, no la favorecía en absoluto y la hacía parecer marchita y pálida. El cabello castaño claro, natural y favorecedor si no hubiera levado un peinado tan rígido, la aventajaba y le daba un aire antiguo, como de matrona de suburbio de los años cincuenta.
Por eso, cuando la vio sentada sola y nostálgica a esa mesa, y más tarde, cuando presenció su turbación y su placer casi infantil cuando uno de los pasajeros la sacó a bailar, supo de inmediato que iba a ser una presa fácil.
Levantó la copa y, con un gesto apenas perceptible, le ofreció un brindis: Tus plegarias han sido atendidas. A partir de ahora serás por siempre mía, le prometió en silencio.
Fuentes:http://es.wikipedia.org/wiki/Mary_Higgins_Clark http://www.lecturalia.com/libro/3770/por-siempre-mia
Fragmento extraido del propio libro.