Por sorpresa, un búho chico

Por Pin
Esta mañana, unos cuantos componentes del grupo local de SEO-Asturies realizamos una excursión por tierras gozoniegas. A primera hora, en Punta la Vaca, donde el paso de marinas fue bastante pobre (la climatología, con viento de nordeste fuerte no ayudó mucho). Después, a Bañugues, donde pudimos observar unos cuantos limícolas y gaviotas. Y a mediodía, a Cabo Peñas, y allí por sorpresa, nos aterrizó un búho chico Asio otus, sin duda una de las más espectaculares observaciones de las que he podido disfrutar desde que empecé con este blog. Entre nosotros estaba Luis Mario Arce, que me ha cedido amablemente sus fotografías para ilustrar y dar brillo a esta entrada.

El búho llegó mientras nosotros estábamos allí, en alas de un chubasco venido desde el mar, justo adonde nos encontrábamos. Y se fue directo a camuflarse entre las ramas de uno de los escasos pinos que se encuentran en el brezal de Peñas, sin duda ya lo tenía enfocado como objetivo al divisar la costa. Un camuflaje perfecto, como podéis observar...

¿Qué mas puedo decir? Un ave preciosa, como todas las estrigiformes, o rapaces nocturnas. El búho chico tiene una amplia distribución, ocupando casi toda Europa. Las poblaciones europeas son sedentarias en su mayor parte, salvo las más norteñas, sobre todo las escandinavas, que son parcialmente migradoras, desplazándose hacia el sur. Sin duda este ejemplar debe proceder de estas zonas de más al norte. Aquí tenéis un par de fotos más de esta hermosa ave en vuelo.

En Asturias se reproducen unas cuantas parejas de búho chico, sobre todo en bosques caducifolios de la Cordillera Cantábrica. Sin embargo es una especie muy desconocida, porque de todas las rapaces nocturnas es la más silenciosa. En otoño debe llegar una pequeña porción de aves a invernar, como demuestra la observación de hoy. A mí me parece un ave juvenil, por el fuerte barreado de las partes inferiores y la coloración general del plumaje.

Estas fotos son el testimonio de ese cúmulo de casualidades felices que se dan a veces en esta apasionante afición que es la ornitología. La casualidad de estar en Cabo Peñas, la casualidad de que el ave llegase justo cuando estábamos allí y justo donde estábamos, la casualidad de que allí crezca uno de los escasos pinos que hay en Peñas, la casualidad de que el ave se quedara allí tranquila sin espantarse, la casualidad de tener el equipo adecuado...
Qué mejor cita para celebrar la entrada número 200 de este blog. Con ella quiero daros las gracias a todos los que me seguís, espero que sigamos compartiendo muchas más vivencias y descubriendo más cosas acerca de nuestros alados vecinos. Que sirvan para ir conociendo el patrimonio natural del concejo, porque sólo se llega a respetar de verdad aquello que se conoce.