“…El pueblo de Dios, el pueblo elegido
es hoy el pueblo oprimido,
el pueblo de los pobres de la tierra;
lo que ellos hacen es, en principio,
historia sagrada, historia de salvación,
si no siempre por el modo en que lo hacen,
sí por ser el pueblo que lucha por su liberación.
La lucha obrera es así, en sí misma, lucha cristiana…”
Ignacio Ellacuría
Demasiada gente habla mal de los sindicatos de clase, demasiada gente que luego tiene que acudir a ellos para que defiendan su puesto de trabajo o sus derechos laborales, para calcular su indemnización por despido, para recurrir al abogado laboralista, para poder defenderse frente a la empresa que tiene mucho más poder.
Desde un reconocimiento a una forma de ser crítica con todas las estructuras sería interesante plantearnos si equivocamos la lucha a la hora de poner a estos en la diana. ¿También la CNT que no recibe subvenciones ni tiene liberados sindicales es un sindicato vendido? No pongamos excusas a nuestras propias seguridades, planteémoslo claramente, no tenemos conciencia de clase trabajadora. Hemos alimentado durante años una ideología acomodada que se hace la perezosa, porque uno sabe perfectamente que es mucho mejor ser clase dominante: consejos de administración, jubilaciones millonarias, paseos en yate, … El problema es que la clase que somos y la clase que queremos ser no se conjugan bien, queremos ser lo que no somos pero no podemos serlo.
“Y ese es el problema de esta sociedad infantilizada: que no es capaz de encarar como un adulto crudas verdades objetivadas con datos, y que necesita ver un futuro edulcorado, con happy end.” Antonio Turiel. El declive energético
Lo que se veía como la necesidad de pasarlo mal para salir de la crisis va siendo profundizar en ella en aras a extender el sufrimiento de las personas. Grados de sufrimiento gratuitos que vuelven irrepirable el clima que se vive en nuestro país, a la espera de una chispa que prenda la mecha de una revolución social.
El 1º de mayo tiene que reivindicarse no como día festivo, día del trabajo, sino como jornada de lucha y reivindicación, día de la clase trabajadora, donde se luchó para conseguir muchos derechos que nos están arrebatando.
Unas políticas que en Palencia están haciendo crecer el paro de manera acuciante, 16.800 personas, un 15% más que el año pasado, llegando a casi un 22% de personas en situación de desempleo. Un problema que se agrava especialmente por la despoblación de personas que tienen que irse de su tierra para poder lleva a término sus proyectos de vida. La gente es incapaz de percibir lo que los dirigentes del PP perciben como signos positivos de la Economía, probablemente porque las economías de estos dirigentes sean muy diferentes a las de las personas que están sufriendo con especial violencia las consecuencias de esta crisis, en un país con casi 2 millones de hogares con todos sus miembros en paro.
Todo esto seguirá así mientras no cambien las políticas, mientras no se genere esperanza en la gente, mientras no perciban que hay otras formas de enfrentarse a la crisis: que se tiene que refinanciar la deuda y cuestionar aquella que es ilegítima, que hay prioridades que cubrir antes que pagar a la banca alemana, que hay que reinventar la política desde abajo, …
Izquierda Unida en su campaña Hay alternativa en Palencia quiere exponer que hay otro tipo de políticas que requieren de la valentía de la política y del enfrentamiento con el poder económico y financiero, en defensa de la mayoría social. Una alternativa que integra a quienes las políticas bipartidistas han estado dejando en las cunetas, los excluidos de un sistema económico que quiere seguir exprimiendo a la ciudadanía, que quiere seguir recortando en Sanidad, en Educación, en derechos sociales, como una política que lleva al precipicio.
El Día Internacional del Trabajo de 2013, Izquierda Unida reivindica, junto a los trabajadores y trabajadoras:
– Una nueva política de apoyo a la creación de empleo
– La derogación de la reforma laboral
– La protección y garantía de las pensiones públicas
– La garantía frente a la privatización de unos servicios públicos de calidad
– La participación popular y la calidad de la democracia
– La dimisión de Rajoy y su Gobierno y la convocatoria de elecciones generales
Somos miles,
somos millones.
¡Viva el 1 de mayo!