El primer western filmado por Sergio Leone es una adaptación del Yojimbo, de Kurosawa, película que había tenido mucho éxito en la Italia de la época. Por un puñado de dólares cuenta una historia simple pero eficaz para los propósitos de su director: la llegada de un pistolero solitario a un pueblo fronterizo marcado por el violento enfrentamiento entre dos clanes. Del personaje interpretado por Clint Eastwood no sabemos gran cosa, ni siquiera su nombre. Pero vamos viendo que se trata de un hombre sin muchos escrúpulos y de gran inteligencia - amén de una prodigiosa habilidad con el revólver - que intenta sacar provecho del conflicto entre las dos familias. Lo más llamativo de Por un puñado de dólares es que, en cierto modo, se trata de una obra fundacional de una forma de entender el western. Aquí prima lo efectista, la violencia sin moral y el intento continuo de entretener y hacer cómplice al espectador de lo que sucede en pantalla. A pesar de todo, la película adolece de una evidente falta de presupuesto, por lo que prácticamente toda la trama debe suceder en el mismo escenario. Leone depuraría su estilo en obras posteriores.