Bullying escolar
En noviembre, el gobierno de Chile presentó un controvertido proyecto que promete reformar y mejorar la calidad de la educación impartida en el territorio nacional. La propuesta contempla la creación de “colegios de excelencia”, cambios curriculares e incentivos para los docentes. Algunos críticos afirman que la reforma es un intento enmascarado del gobierno de Sebastián Piñera por privatizar la educación en Chile. Otros señalan que la reducción de la carga horaria de asignaturas como Historia, para incrementar el número de horas aula de Matemáticas y Lenguaje, afecta gravemente la formación de una conciencia crítica en los estudiantes. Pese a las agitadas discusiones que ha generado el proyecto, el debate no ha abordado problemas urgentes que debe atender una política educativa, como el abordaje del bullying o matonaje escolar.
De acuerdo con el Informe Anual 2004 de UNICEF Chile, 31% de los estudiantes entre 12 y 18 años se sienten discriminados. De ellos, el 85% señala a sus propios compañeros como los responsables de los actos discriminatorios. Las principales víctimas del maltrato escolar son jóvenes que presentan algún problema físico, que viven con el VIH/Sida, que poseen rasgos indígenas, que expresan ideas contrarias a las de sus compañeros y que provienen de otros países. El documento también señala que para la mayoría de niños y niñas la televisión, antes que la familia, es la principal fuente de información sobre sexualidad.
En 2008, el Ministerio de Educación de Chile registró 1.936 denuncias por maltrato escolar, de las cuales 995 correspondían a maltratos psicológicos y 338 a maltratos físicos ejercidos por adultos. 479 correspondían a maltratos perpetrados por otros alumnos, 38 a delitos sexuales y 24 a hostigamientos de carácter sexual. Respecto a años anteriores, el Ministerio de Educación identificó un incremento de las denuncias, particularmente de las relacionadas con delitos y hostigamientos sexuales. Pese a la gravedad de esta problemática, las propuestas oficiales aún guardan silencio respecto a la necesidad de elaborar materiales pedagógicos que promuevan el respeto por la diversidad sexual en la escuela.
Ese mismo año, el Movilh (Movimiento de Liberación Homosexual) llevó a cabo una investigación con el objetivo de identificar prejuicios y niveles de discriminación contra personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en la comunidad educativa. Para tal fin, el Movilh realizó 137 entrevistas a hombres y mujeres de 14 a 60 años, y nueve grupos focales con estudiantes, docentes y apoderados.
Entre los resultados más destacados del estudio se encontró que 40% de los estudiantes, 55% de los docentes y 31% de los apoderados manifestó conocer por lo menos un caso de discriminación por orientación sexual o identidad de género al interior de las aulas. La discriminación a la que aluden los y las encuestados, señaló Alberto Roa, magister en educación y activista de esta organización, incluye violencias física y verbal; sanciones y expulsiones de estudiantes y despido de docentes; así como burlas y hostigamientos que en no pocos casos conducen al suicidio o al intento de suicidio por parte de las víctimas.
El relato de estas violencias por parte de las personas encuestadas contrasta con la supuesta aceptación de los derechos de las personas LGBT manifestada por ellas. Más del 80% de los estudiantes, 90% de los profesores y el 100 % de los apoderados señalaron que las minorías sexuales tenían derecho a ejercer cualquier profesión u oficio; y un porcentaje superior al 62 % de estudiantes, 80% de docentes y 54% de apoderados opinó que las expresiones homoeróticas de afecto no deberían ser prohibidas en la escuela.
Según Roa, el estudio también destacó carencias de información sobre homosexualidad y transexualidad por parte de estudiantes, docentes y apoderados. La mayoría de los encuestados afirma que estos temas no son mencionados o son muy poco abordados en la escuela. Los grupos encuestados también señalaron tener mayor conocimiento sobre la homosexualidad que sobre la transexualidad, y aseveraron que no sabrían cómo abordar estos temas en caso de ser necesario.
La falta de información sobre orientaciones sexuales e identidades de género no heteronormativas se evidencia en ideas como la creencia de que la homosexualidad puede ser curada o modificada en la niñez; a pesar de que la mayor parte de los encuestados señaló que no era una enfermedad.
El informe final de esta investigación, titulado Prejuicios y conocimientos sobre orientación sexual e identidad de género en establecimientos educacionales municipalizados de la Región Metropolitana, aborda también algunos estereotipos que persisten sobre personas LGBT, como su asociación con la promiscuidad e ITS. Las minorías sexuales aún son consideradas ‘grupos de riesgo’ en lo que atañe a la salud de la población en las escuelas, indica el informe.
Experiencias educativas en sexualidad
Pese a diversos intentos por introducir en las escuelas chilenas materiales educativos sobre sexualidad con perspectiva de género, esta tarea sigue pendiente. Un recorrido por las principales acciones orientadas a este fin evidencia las dificultades que supone abordar estos temas en la escuela.
La escritora feminista y crítica literaria Gilda Luongo y la filósofa de la Universidad de Chile Olga Grau han trabajado desde 1997 en el desarrollo de un enfoque pedagógico para abordar identidades, violencias, poder, saberes, homosexualidad y erotismos en la escuela. Durante la década de 1990, ambas académicas llevaron a cabo talleres de sensibilización sobre estos temas y elaboraron materiales pedagógicos con el objetivo de incluirlos en la Reforma Educativa que se produjo en ese tiempo. Pese a las contribuicones de Luongo y Grau a la construcción de un abordaje pedagógico sobre sexualidad, sus iniciativas no han sido consideradas dentro de las políticas o áreas de trabajo sistemático y permanente del Ministerio de Educación.
En 1996, en los colegios chilenos se implementaron las Jornadas de Conversación sobre Afectividad y Sexualidad - JOCAS. Durante tres días alumnos, profesores, padres y madres de familia dialogaban con médicos y especialistas sobre inquietudes en materia de sexualidad. Las JOCAS fueron duramente criticadas por la Iglesia Católica y por sectores conservadores del país, quienes las consideraron “demasiado explícitas” y “antivalóricas”. Las JOCAS, que para ese momento sólo se implementaban en algunos colegios con el tiempo fueron olvidadas hasta que desaparecieron en el año 2000.
El abordaje pedagógico de la sexualidad se mantuvo en suspenso durante cinco años, hasta que en 2005 se elaboró un nuevo Plan Nacional de Educación Sexual y Afectividad. En éste, el Ministerio de Educación reconoció por primera vez a los jóvenes como “seres sexuados con derecho al placer”. Para la implementación de este Plan, la Secretaría de Educación en Sexualidad y Afectividad del Ministerio impulsó un proyecto piloto sobre sexualidad y educación, cuya ejecución estuvo a cargo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Empero, esta Secretaría dejó de funcionar años después y con ella el Plan Nacional, cuya implementación debía entrar en vigor para 2010.
En el año 2008, el CLAM, la Corporación CEDEM (Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer) y la UNAP (Universidad Nacional Arturo Prat), desarrollaron el curso piloto de formación a distancia “Género y Sexualidad: competencias para la docencia”, dirigido, principalmente, a estudiantes de pedagogía. Pese a su éxito en la sensibilización de futuros docentes sobre sexualidad y diversidad con una perspectiva de derechos, la iniciativa no tuvo continuidad por falta de apoyo institucional.
Un manual para la educación sobre diversidad sexual
En 2009, el Movilh lanzó la primera edición del manual Educando en la Diversidad, Orientación Sexual e Identidad de Género en las Aulas, con el fin de contribuir a la erradicación de la discriminación y el bullying homofóbico y transfóbico en las aulas. 10.000 ejemplares de este manual fueron distribuidos a más de 300 centros educacionales del país.
El Movilh afirma que esta tarea evidenció la alta demanda de educación sexual que hay en el país. Además de liceos y colegios; instituciones policiales, Gendarmería, hogares con niños y niñas en riesgo social, e incluso universidades y organizaciones de derechos humanos solicitaron ejemplares del manual.
La segunda edición ahora lanzada tiene enfoque más didáctico e incluye material adicional. El manual de 2010 contiene una actualización de los avances en políticas públicas y legislación en esta materia, como la Ley General de Educación, que garantiza la no discriminación, y el Reglamento de Convivencia Escolar del Ministerio de educación, que aborda y enfrenta la homofobia.
El documento se divide en cuatro capítulos que versan sobre: sexualidad, homosexualidad y transexualidad; discriminación y derechos humanos; políticas educacionales y minorías sexuales en Chile; y estrategias y contenidos para una educación en la diversidad.
En el lanzamiento de la segunda edición, efectuado en la ciudad de Iquique, Rolando Jiménez, presidente del Movilh, señaló: “Este material educativo permitirá un trabajo más concreto en las aulas. Es una apuesta pensada para todas y todos que marca un nuevo hito en la historia por la igualdad de derechos en el sistema educacional”.
Jimenez comentó que para la segunda edición incorporaron contenidos sobre la Premio Nobel de Literatura Gabriela Mistral, el escritor Oscar Wilde y la transexual Lynn Conway, con el fin de incitar a los alumnos a indagar por sus obras y legado. “Quisimos destacar personajes públicos de orientación o conducta homosexual y de identidad de género transexual, de relevancia mundial para el desarrollo cultural o científico”, explicó el presidente del Movilh.
El manual también aborda las recomendaciones nacionales e internacionales para enfrentar el bullying y sugiere estrategias, contenidos y desarrollo de competencias para trabajar esta temática en colegios y liceos. En opinión de Alberto Roa, el manual fortalecerá el trabajo educativo por escuelas más democráticas y solidarias.
La confección del Manual no estuvo exenta de dificultades. El Movilh tuvo que matizar el abordaje directo de algunos contenidos, pues de otra forma no habrían conseguido distribuir el material en los establecimientos educacionales.
Roa agregó que para el Movilh los manuales “marcan un antes y un después en la lucha por la igualdad de derechos para lesbianas, gays, bisexuales y transexuales”, pues, en su opinión, el aula es un espacios privilegiado para promover el respeto por la diversidad.
La iniciativa contó con la subvención de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), con la colaboración de la Fundación Triángulo y los patrocinios de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales, del Colegio de Profesores y de la Internacional de la Educación. El senador del partido socialista Fulvio Rossi y el diputado Hugo Gutiérrez del partido comunista también apoyaron la publicación. Fuente: Clam