Con una propuesta tan sugerente, no podía negarme a participar porque:
- Yo soy muy
antisocialariscade pocos besos - No me gusta un pelo cuando la gente insiste e insiste para que mis hijas les den un beso
- No creo en los convencionalismos sociales.
A mi de pequeña, mi madre me solía llevar de visita al sitio donde trabajaba y me obligaba a saludar y besar a media plantilla... Yo era una niña tímida y lo pasaba mal cada vez que iba allí... Supongo que cosas así han condicionado mucho mi forma de ser actual.
Yo soy una persona de poco contacto físico ( mi tribu ya lo sabe y les encanta chincharme con ello, verdad Leia??? ). Si puedo escaquearme de dar dos besos para saludar, os aseguro que lo haré... Y de abrazos ya ni os cuento... No me gusta tener que hacer las cosas por imposición ni por convencionalismo. Creo que las muestras de afecto deben ser algo espontáneo y un acto que nos resulte agradable. Si lo hacemos forzados, desvirtualiza el acto en si, perdiendo el que debería ser su significado básico, que es la de mostrar nuestro afecto.
Por tanto, si yo procuro no obligarme a determinadas acciones, no veo coherente obligar a mis hijas y, mucho menos, cuando tienen que hacerlo para satisfacer a otros ( ya sean de la familia o amigos, conocidos, etc... De la vecina del quinto ya no opino, porque esa, directamente, no tiene ningún derecho a pedir ni recibir besos de mis hijas ).
Los niños tienen derecho a decidir si quieren dar un beso o un abrazo a un adulto, ya que su cuerpo es suyo y nadie, ni nosotros ni terceras personas, deben decirles que hacer con el ( ya sea a la hora de demostrar afecto, o de poner pendientes, por ejemplo ).
Pero casi siempre, por no quedar mal, porque la otra persona no se sienta ofendida, muchas veces forzamos a nuestros hijos a dar un beso sin pensar en la situación incómoda en que ponemos a nuestros hijos... Siempre me pregunto: porque ha de ser más importante el deseo de otro al de nuestros propios hijos? Porque para cumplir un formalismo no respetamos la autonomía de nuestros pequeños?
Evidentemente, no se trata de que nuestros hijos no saluden, todo lo contrario, es importante enseñarles a ser educados con los demás, a decir " hola, buenas tardes" y "adiós " cuando alguien se va... Pero no forzar las muestras de afecto físicas si no quieren.
Después de leer el post de Pilar Martínez al respecto, me siento mucho más motivada para, a partir de ahora, no volver a insistirle a mis hijas para que den un beso o una abrazo a alguien, ya sea de la familia o no