La libertad de expresión es un derecho fundamental reconocido en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un derecho civil, individual, que se define por “la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección y gusto”. Este derecho, de acuerdo a los parámetros acordados por la comunidad internacional y reconocidos mundialmente como característica esencial de la libertad de expresión, no puede estar sujeto a censura previa, sino a responsabilidades ulteriores; esto es, el límite de este derecho está constituido por el derecho de los demás al propio honor y reputación, y por la seguridad nacional y el orden público.
Por su parte, al mismo tiempo que muchos gobiernos han entendido, al menos parcialmente, el potencial de Internet para el cambio político, como herramienta para involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones, otros tienden a verla como un peligro, latente o real, y han aplicado diferentes medidas de censura, velada o directa, ya sea mediante la filtración masiva de páginas web, el bloqueo de determinadas palabras clave, la persecución de ciberactivistas o la promulgación de leyes que pretenden regular el contenido en la web.
Reporteros sin Fronteras, desde el año 2008, realiza una campaña para hacer del día 12 de marzo el Día Mundial contra la Cibercensura. Asimismo, cada año hacen público el informe sobre los enemigos públicos de Internet; aquellos países que, de acuerdo a la organización, violan o están en riesgo de violar la libertad de expresión online.
En la página web de la campaña, pueden leer más sobre el tema -lamentablemente, está en inglés-, así como examinar el informe anual, ver quiénes fueron los nominados al Netizen Prize que fue, muy merecidamente, ganado por Nawaat, donar a la campaña y suscribirse a otro newsletter más al newsletter sobre este tema.