El denominado el caso Pallerols se cerró ayer con un acuerdo entre la fiscalía y las defensas de los seis acusados, entre excargos del partido democristiano y de la Generalitat en la época de Jordi Pujol. El pacto implica una importante rebaja de las penas de prisión, pero también supone un hito en la historia judicial española: por primera vez, una formación política reconoce que se lucró de forma irregular con fondos públicos.
El desvío de fondos del caso Pallerols comenzó en 1994 y duró cinco años. Las investigaciones se iniciaron en 1999. Desde entonces, han pasado 14 años, un tiempo excesivo que ha influido de forma decisiva en la resolución del caso. El desproporcionado retraso en los juzgados ha baneficiado también a los privilegiados políticos.
Y como conclusión, la gran interrogante que España debe resolver: ¿Merecen giobernar unos partidos políticos cuyos dirigentes son ya culpables reconocidos de robo?
Parece que no y que España necesita renovar con urgencia una clase política deleznable, de las peores del planeta.