Los abuelos solían decir que se porfiase lo que hiciera falta, pero que nunca se apostase por nada. "Tú porfía, pero no apuestes". En realidad, el dicho está acuñado ya en las hemerotecas y procede de algún pensante anónimo: "Guarda y no prestes; porfía y no apuestes". En un lugar de la red que se dedica a recopilar frases, he leído: "Guarda y no protestes; porfía y no apuestes." Y aunque te da la risa lo que alguien ha copiado mal o apresuradamente, ambas definiciones nos viene bien para enlazar la entrada de hoy.
El consejo, que parece sensato en base a la experiencia que van dando los años, a mi me parece equivocado en determinados asuntos porque, cuando uno ve o siente algo serio por algo o por alguien y hay un camino abierto, lo apuesta todo y lucha por llevar adelante su proyecto. Es así como se han logrado muchas cosas en todos los ámbitos, tanto en el plano personal como público; tanto en la ciudad, como en el pueblo.
En nuestro entorno hay numerosos puentes abiertos y agentes sociales que toman por definitivo el viejo consejo de porfiar por todo lo que implica el territorio, porfiar por una Ley que lo ordene, porfiar por mantener la calidad de vida para quienes apuesten por vivir en los pueblos, que está bien, que es ya un síntoma de algo, porque muchos ni apuestan ni porfían, pero que no es suficiente porque le falta el condimento, el empujón, la confianza que da apostarlo todo por alguien.
Y causa asombro en ocasiones que los que más porfíen sean, generalmente, personas influyentes: algunos alcaldes, algunas centrales sindicales, personas acostumbradas a moverse con las normativas en la mano.
Comento ésto al hilo de las últimas opiniones que diferentes colectivos han ido depositando días atrás sobre el Plan del Carbón, sobre el nuevo trazado de la carretera, sobre la Ley de Ordenación del Territorio y que iremos abordando en próximas entregas.
Es evidente que porfían, pero desconfían. Si no apoyamos con determinación aquello que defendemos, ese recelo será nuestro Talón de Aquiles, servirá para que penetren por allí los malos augurios de quienes ni lo buscan, ni lo esperan, ni lo quieren.
Para la sección "La Madeja", en "Diario Palentino" y "Globedia" Imagen: @Froilán de Lózar.