- Marina Muñoz Cervera -
El agua es un nutriente acalórico gracias al cual podemos desempeñar nuestras funciones vitales.
Hay cierta polémica respecto al consumo de agua y teoría variadas, hay quien considera que con el líquido que nos aportan los alimentos tenemos suficiente, para otros, hay que beber más de 2 o 3 litros al día, también hay quien piensa que se debe beber solo entre las comidas, etc. por citar algunos ejemplos. Pero la mejor manera de obtener un criterio propio es conociendo más en profundidad el elemento sobre el que tanto se debate.
Vamos a conocer qué significa el agua para nuestra vida y dónde se mete cuando bebemos, porque no solo la eliminamos, también la utilizamos; también veremos porqué es necesario incluirla en nuestra alimentación.
Lo primero que tenemos que saber es que la fórmula química del agua es H20 y como tal compuesto forma parte de una diversidad de reacciones químicas imprescindibles para nuestra vida.
¿Cómo se distribuye el agua en nuestro cuerpo?
Fuera de las células: agua extracelular:
El 40% de este líquido elemento se distribuye en el plasma sanguíneo, líquido intersticial, linfa y líquido transcelular (líquido cefalorraquídeo y secreciones).
Dentro de las células: agua intracelular:
En el interior de nuestras células encontraremos el 60% del agua restante y en ese medio se llevan a cabo la mayor de reacciones metabólicas gracias a las cuales estamos vivos.
¿De qué depende el contenido de agua corporal?
Edad:
Hay una relación inversa entre el contenido hídrico y la edad, es decir a mayor edad, tenemos menos agua en el cuerpo. Un feto humano contendrá un 90% de agua, cuando nace se reduce la cantidad al 75%; el organismo de una persona adulta contiene un 60-65% y esta cantidad disminuye en la ancianidad.
Sexo:
La diferencia de contenido hídrico respecto al sexo depende del grado de desarrollo muscular de la persona porque nuestros músculos contienen un 70-75% de agua. Aunque ya hay muchas mujeres que practican deporte y tienen un buen desarrollo muscular, en general se asocia el mayor desarrollo muscular con los hombres, de ahí se que se asocie un mayor contenido de agua en el cuerpo de los varones.
Grasa corporal:
Existe una relación inversa entre el contenido en grasa y el de agua, es decir, a mayor cantidad de grasa, menor cantidad de agua corporal.
Funciones del agua en el organismo.
- Constituye el medio que posibilita la digestión, absorción y el transporte de los nutrientes, el metabolismo celular y la excreción.
- Forma parte de las macromoléculas, ácidos nucléicos, proteínas y glucógeno.
- Es sustrato o producto de muchas reacciones enzimáticas, así por ejemplo, el catabolismo (destrucción) de cualquier nutriente conlleva la liberación de moléculas de agua (H20).
-De este líquido depende, en gran medida, el mantenimiento de la temperatura corporal (termorregulación), así la evaporación de agua a través de la transpiración permite eliminar calor del cuerpo.
¿Qué cantidad de agua necesitamos al día?
Nuestros requerimientos de agua no son estáticos, dependen de varios factores, unos del interior del cuerpo (endógenos) y otros del medio ambiente (exógenos).
Factores endógenos:
- Osmolaridad de los líquidos internos.
- Intensidad de nuestro metabolismo.
- Actividad secretora.
Factores exógenos:
- Clima.
- Hábitos alimentarios.
- ACtividad física: a mayor actividad más necesidad de agua.
Lo anterior nos aclara la dificultad de adoptar un criterio genérico que se adapte a todo el mundo porque cada persona, en sí misma, es un mundo.
En realidad, tenemos que llegar a un grado de hidratación correcta, puede servirnos de indicador el color de nuestra orina que debería ser de color amarillo pálido y con consistencia de un líquido. Si es amarillo oscuro y densa, necesitamos beber más agua. Para cubrir nuestras necesidades básicas la OMS nos recomienda un mínimo de 1,5 litros al día de pura.
¿Cómo regulamos nuestra necesidad de agua?
El agua de nuestro cuerpo está sometida a un constante recambio y todo este proceso está regulado por hormonas.
La Sed:
Esta sensación está bajo el control del sistema nervioso central, concretamente del hipotálamo, en el que existe un centro nervioso, conocido como centro de la sed.
Se manifiesta por la sequedad de la mucosa bucofaríngea, boca seca, y nos entran ganas de beber agua por la necesidad de hidratar nuestra mucosa.
Se estimula cuando hay una concentración alta de solutos (sustancias disueltas) en el líquido extracelular o bien cuando disminuye el líquido intracelular.
Es decir, nuestra sequedad de boca es señal de que dentro del organismo hay algún compartimento que la pide para equilibrarse.
Actividad renal:
El riñon absorbe más o menos agua o electrolitos dependiendo de nuestras funciones fisiológicas y esta actividad está regulada por hormonas (ADH y sistema renina-angiotensina).
Ahora que ya sabemos todo lo anterior, podemos comprender la importancia de beber agua pura y quizás también nos demos cuenta de que nunca puede ser lo mismo el agua contenida en las bebidas que contienen otras sustancias y la contenida en los alimentos que la natural para nuestro cuerpo.
El agua de bebida normalemente contiene minerales procedentes de los subsuelos de los que procede, éstos son rápidamente absorbidos y utilizados por nuestro cuerpo de un modo natural, pero los azúcares y otras sustancias contenidas en los refrescos van a desencadenar reacciones por parte de nuestro metabolismo. Lo mismo pasa con el agua contenida en los alimentos, sirve de vehículo para vitaminas hidrosolubles, minerales, etc. y nuestro organismo reacciona incorporándola al metabolismo de diferente forma que el agua pura.
Y, para terminar esta entrada, comentaros que a muchos ancianos no les funciona bien el centro de la sed y no sienten la necesidad de beber agua, pero no por ello no la necesitan y hay recordarles la necesidad de hidratarse a diario.
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